domingo, 22 de marzo de 2015

El Sr. Stoker lo prefiere sin ajo. Gracias.

      Bombilla Tapada volvió a hacerlo. La presente nota trata de 3 personas de existencia real mediante las cuales se ha construido una cuarta, aún más conocida, totalmente ficticia. Aunque a medida que avancemos en el post se vislumbrará fácilmente de quien se trata, el final atará los cabos sueltos. Intentaremos agregarle algo de pausa dramática dejando a alguno de ellos a mitad de camino para pasar a buscarlo cuando haga falta. Creemos que no estaría de más recomendarles la concurrencia con ajos y una botella plástica de agua convenientemente bendecida aún a riesgo de revelar demasiado el contenido de la nota.

      Rumania es un país tan bonito como lejano a nuestro conocimiento. Alejado de los países centrales de Europa, salvo la sangrienta revolución de 1989 nada nos recuerda su existencia. A no ser que conozca uno algo de historia y se disponga a ver alguna película de terror clásico. En el caso en que alguien no intuya de que estamos hablando, no desesperen, con el correr de las líneas se irá develando el tema central de nuestro post de hoy.


     Como decíamos, Rumania se encuentra algo lejos de los países centrales europeos. A sus espaldas le tapan el acceso Serbia, Hungría, Eslovaquia y Ucrania. Hacia el Este posee sus costas sobre el Mar Negro. Este es un mar interior que tiene conexión con el Mediterráneo a través de un callejón acuático llamado Estrecho del Bósforo de unos 30 kilómetros de longitud. La parte mas estrecha del Estrecho (la redundancia no es casual, en el fondo uno es un poeta) tiene apenas 750 metros de ancho de modo que es casi imposible que lo atraviese una nave de porte sin ser vista. Históricamente esos 30 Kilómetros estuvieron en manos de los turcos. De hecho la capital actual de Turquía, Estambul, se encuentra a las puertas del Bósforo del lado del Mediterráneo. En el medio del territorio del país,describiendo una suerte de "J" vista con mucha imaginación, está instalada la cordillera de los Cárpatos. Como casi todos los actuales países de Europa que hoy resultan en una República, hace algunos siglos eran una mezcla de reinos y principados que terminaron mas o menos unidos en la forma que los conocemos hoy en día y en el caso de la actual Rumania el límite entre los reinos era o bien el Mar Negro o bien la cordillera. Los tres reinos (que aún hoy se conservan como divisiones administrativas) eran el de Moldavia, el de Valaquia y el de Transilvania. Y quien alguna vez vio alguna película de terror ya comenzará a sospechar de que viene la cosa (Aunque el cine los haya tergiversado bastante).

Vladislaus III
      Uno de nuestros personajes de hoy nació en Sighisoara, en territorio de Transilvania (de ahí todo el origen del mito) en 1431 bajo el nombre de Vladislaus III y fue Voivoda de Valaquia (una suerte de mezcla entre príncipe, jefe militar y gobernador). El enemigo tanto de los valacos como de toda la cristiandad europea por ese entonces eran los turcos (llamados otomanos para esos días) quienes tenían ocupados buena parte de los territorios de la actual Rumania. De hecho Turquía se encuentra cruzando el Mar Negro en línea recta. El padre de Vladislaus III, Vladislav II pertenecía a la Orden de los Caballeros Teutones, una agrupación religioso militar que tenía como función combatir contra los infieles musulmanes (los turcos).

Fortaleza Poenari
      Los tratados entre reinos en la antigüedad tenían ciertas cláusulas a modo de garantía de cumplimiento que hoy se nos antojarían ligeramente aberrantes. Si el rey A firmaba un tratado de paz con el rey B no era nada raro que un hijo de A fuera entregado a B a modo de garantía. El pequeño era tratado como su dignidad real obligaba, alimentado, alojado y educado del mejor modo pero en el caso en que A no cumpliera con los términos del pacto, la cabeza del príncipe pagaba los costos (o mejor aún su cuello). Así las cosas, Vlad fue entregado en custodia al sultán Murat II por su padre Vladislav II a cambio de la retirada turca del territorio rumano. Allí vivió tratado y educado como uno más de los príncipes otomanos durante 3 años. Al volver encontró que su padre había sido asesinado por orden de un conde y ejecutado (a palazos) por la nobleza (los Boyardos) que a él respondían. Los otomanos, pretendiendo que los años pasados junto a ellos le habían dejado a Vlad cierta simpatía filo turca, impulsan y ayudan al príncipe hacia el trono de Valaquia, cosa que logran luego de un par de avances y retrocesos. Finalmente 1456 nos encuentra a Vlad con el cargo de Voivoda de Valaquia, con un poquito de enojo para con los nobles que asesinaron a su padre. Enojo que se transformaría en odio y que no tardaría mucho en manifestarse. Dejemos que Vlad acomode sus ropas en los lujosos armarios de la Fortaleza Poenari, residencia habitual de los voivodas y vayamos a conocer a otro de los personajes de esta historia.

Erzsebet Bathory
      Se trata en este caso de una dama perteneciente a una familia que aportó sus fuerzas (cien años antes del nacimiento de Erzsebet, nuestra protagonista) a la causa de Vlad. La casaron a los 15 años con un conde llamado Ferenc Nadasdy de 20 años. Ella quedó en el castillo con su suegra mientras que Ferenc guerreaba por ahí. Suegra y nuera se odiaban como es casi reglamentario. Ferenc combatía tanto y tan lejos que el primer hijo de la pareja llegó 10 años después de la boda, luego parece que aflojó en sus afanes bélicos o comenzó a batallar más cerca del castillo porque llegaron 3 hijos más. Cuando Ferenc tenía 49 años (y Erzsebet 44) una enfermedad fulminante lo sacó de las batallas y de toda otra actividad. Para decirlo de otro modo se murió. Erzsebet se quedó sola, con un enorme territorio conquistado por su difunto marido pero sin un ejército leal. Una de sus primeras medidas fue expulsar de su castillo a su odiada suegra Úrsula y a todos los miembros de la familia Nadasdy. Luego de esto comenzó a ejercer con todo aquel que se le opusiera primero y con todos los demás después una brutal crueldad. Su apellido de soltera era Bathory y su nombre se ha castellanizado como Isabel tal como se la conoce en las historias noveladas que han llegado hasta nosotros: Isabel Bathory, la Condesa Sangrienta.

Bram Stoker
     Nuestro tercer personaje real era irlandés. Nació al norte de Dublin en 1847. Su primera infancia fue dificultosa dado que una serie de enfermedades lo mantuvieron virtualmente en la cama hasta los 7 años. Luego de eso se licenció en Matemáticas con honores en el famoso Trinity College de la Universidad de Dublin. Y no solo eso, se destacó en atletismo, donde fue campeón de la Universidad contra los pronósticos de quienes lo hubieran visto postrado durante sus primeros años. Fue amigo de Oscar Wilde, de hecho ambos estudiaron en la misma Universidad. Y no solo eso los unió sino que Florence Balcombe, quien era novia de Wilde, terminó casándose con él lo que provocó que Wilde abandonara casi definitivamente Irlanda y se radicara en Londres. Estamos hablando de Abraham Stoker.


      Stoker consiguió trabajo, mientras estudiaba, en la sede de la administración británica de Irlanda a la vez que escribía críticas de arte y espectáculos para varios periódicos irlandeses. Uno de ellos era el Dublin Evening Mail cuyo propietario era Sheridan Le Fanu. Tanto Abraham (llamado Bram de manera cariñosa) como   Sheridan gustaban de escribir historias de terror. Sheridan Le Fanu le mostró a Stoker una nueva novela que había escrito de nombre "Carmilla". El argumento cuenta la historia de Laura y un carruaje que se rompe frente al castillo en donde vive. Mientras es reparado para poder continuar viaje sus ocupantes (una dama y su hija de nombre Carmilla) se alojan en el castillo de Laura. Dentro de una sutil atmósfera de atracción homosexual se revela que en realidad Carmilla no es una persona normal sino un vampiro. A pesar de que los mitos vampíricos son muy antiguos, con criaturas que son la representación del mal y proceden a absorber la energía vital de las gentes, en este caso simbolizada en la sangre, Carmilla es considerada la primer novela moderna que posee todos los elementos del vampirismo clásico. De más está decir que a Bram Stoker le encantó.

      Vladislaus III, (Vlad para los amigos, bando al que se recomendaba fuertemente pertenecer) comienza su tarea de deshacerse de los boyardos que habían conspirado para asesinar a su padre, mitad como venganza personal, mitad para limpiar la zona de posibles competidores. Los despoja primero de tierras y cargos administrativos. Luego pone cara de bueno y los invita a cenar para la Pascua de 1459. Los boyardos se calzan sus mejores ropas pretendiendo que Vladislaus les devolverá sus tierras y cargos. Todo parece funcionar bien, la cena es copiosa y amistosa en extremo. A los postres Vlad los invita al patio de la fortaleza Poenari y procede a separar a los más viejos de los más jóvenes. Ordena que los ancianos sean empalados, es decir les sea atravesado una gran estaca a lo largo del tubo digestivo desde abajo hacia arriba (Si, por ahí donde imaginan). Las estacas luego eran clavadas de forma vertical en el suelo. Así torturadas, las víctimas tardaban horas en morir en medio de indecibles dolores y padecimientos. Los jóvenes que habían sido apartados debieron presenciar el suplicio de sus mayores y luego fueron obligados a marchar a pié, en las peores condiciones posibles a través de los Cárpatos para trabajar como obreros en la construcción de la nueva fortaleza de Vlad El Empalador (Vlad Tepes, en rumano). Los que no murieron durante la marcha lo hicieron durante la construcción del castillo.

Tumba de Vlad Tepes
      A pesar de que, bajo el reinado de Vlad Tepes los turcos dejaron de ser la amenaza que habían sido durante el gobierno de su padre, este siguió perteneciendo a la cofradía de los Hermanos Teutones, como su progenitor. Es más, Segismundo de Luxemburgo había creado una orden, dentro de los Teutones llamada Orden del Dragón que reunía a aquellos miembros de entre los Caballeros Germánicos que ostentaban altos rangos de nobleza, como príncipes o títulos equivalentes. Vlad Tepes lució las insignias de la Orden del Dragón como su padre en honor a su rango de Príncipe de Valaquia. Dragón en rumano se dice Dracul, por lo que Vladislasus III también fué conocido como Vlad Dracul. Fin de el misterio, si es que a esta altura quedaba alguno. Se calcula que desde allí hasta su muerte en 1476 entre 40.000 y 100.000 personas fueron empaladas por orden de Vlad. Para la mayoría de los rumanos, Vlad Dracul es un héroe nacional en la lucha contra los invasores tanto turcos como húngaros. Su fascinación por la sangre ajena (la leyenda, nunca comprobada, cuenta que bebía la sangre de sus enemigos en una copa mientras estos agonizaban resbalando hasta abajo de la estaca) lo ha convertido en todo un personaje terrorífico.

Castillo Cachtice
      60 años más tarde y 600 kilómetros mas al norte Isabel Bathory, sola en su castillo, nota como sus 44 años comienzan a hacer mella en su belleza. Tengamos en cuenta que para el siglo XVII era perfectamente lícito y justificado, que un amo castigara físicamente a sus criados, aún con una crueldad inadmisible para nuestros cánones actuales. Se cuenta que para 1604, un día en que una de las criadas de Isabel le cepillaba el cabello, el peine se trabó entre los pelos de la Condesa. A modo de castigo ésta le cruzó la cara de un sopapo haciéndole sangrar la nariz. Siempre según la leyenda, la sangre de la criada salpicó la cara de Isabel y esta creyó notar que las arrugas que tenía en la zona manchada habían quedado menos marcadas que antes.

      De ahí en más se desata una locura en la Condesa Bathory de la que proviene su sobrenombre de Sangrienta.  Isabel Bathory comienza a matar a sus criadas para utilizar su sangre en sus brutales tratamientos de belleza. Y cuando se le acaban las criadas comete el grave error de reclutar doncellas de entre 9 y 16 años entre la baja nobleza de la zona. La taza de mortalidad infanto juvenil de la zona crece de una forma inexplicable y alguien hace la denuncia a las autoridades (presumiblemente un pastor de la iglesia zonal sorprendido por la cantidad de entierros adolescentes). El Rey Matías II de Hungría envía una partida militar con algo así como una orden de allanamiento. Aquí hay que hacer una necesaria salvedad. Erzsebet era una viuda, sin respaldo de la fuerza (carecía de ejército propio) y con un apetecible territorio al alcance de quien quisiera tomarlo. Sólo hacía falta un buen pretexto para hacerlo y es aquí donde comienza a dudarse de la autenticidad de los relatos sobre sus orgías sangrientas.  Los soldados no encuentran resistencia al ingreso al castillo Cachtice donde residía la Condesa. En 1612 se inicia el juicio contra Isabel Bathory y todos los criados y asistentes que habían sido acusados de cómplices del asesinato de más de 37 mujeres (se contaban solo las de cuna noble. Las muertes plebeyas no importaban en el juicio) son hallados culpables. Todos los acusados son decapitados o quemados vivos según se los acusara de asesinato o brujería. La Condesa también es condenada pero amparada en su título nobiliario su ejecución es reemplazada por reclusión perpetua en total aislamiento. Al fin del juicio se la encerró en una habitación sin ventanas y se levantó un muro allí donde estaba la puerta dejando apenas una hendija para pasar la comida. Murió en 1614 y ninguna iglesia quería alojar su sepultura. Finalmente uno de sus descendientes más lejanos se la llevó hasta Ecsed, al noreste de Hungría donde su leyenda negra era poco conocida.

      Nuestro amigo Bram Stoker juntó entonces tres historias reconocibles (Vlad, Isabel y Carmilla) para componer su célebre e incansablemente recreado Drácula. El nombre y la atracción por la sangre de Vlad. La falsa vinculación entre la sangre joven y la manutención de la juventud de la Condesa Bathory y el clima general de la novela de Le Fanu. Ha habido Dráculas jóvenes y viejos, blancos y negros, hombres y mujeres pero todos tienen las mismas debilidades y fortalezas que el personaje (un menjunje de realidades y fantasías como hemos visto) del viejo Bram.





      Como dato final. Florence Balcombe acompañó a Bram Stoker hasta su muerte en 1912. Desde ahí se convirtió en administradora de la herencia del escritor. Un mensaje anónimo le anuncia en 1922 la existencia de una película alemana llamada Nosferatu de indudable inspiración en la novela de su marido por la que no había recibido ni pago alguno por los derechos y ni siquiera pedido de permiso para usarla. Una larga demanda judicial resuelta 3 años más tarde le hace acreedora de todos los negativos existentes de la película a fin de que ella decidiera qué hacer con ellos. Florence destruye los negativos y copias sin llegar a ver nunca una proyección de la misma (evidentemente alguna copia ha sobrevivido al decomiso dado que hoy es posible verla). El fallo incluía una indemnización de carácter económico, pero la productora Prana Films se declaró en quiebra durante el juicio. De modo que más allá del resarcimiento moral Florence no recibió ni un solo marco alemán (ni libra esterlina) por el uso de la novela de su marido.

Florence Balcombe
      Decidida a salir de su penosa situación financiera, Florence vendió los derechos para una adaptación teatral a representarse en los Estados Unidos a Horace Liveright, un productor norteamericano. La obra fue un éxito y estuvo un año entero en cartel en Broadway y luego giró por todo el país durante dos años más. Cuando Liveright se disponía a pagar la cuantiosa suma porcentual que correspondía a Florence, este se murió sin que la viuda lograra hacerse, en este caso, de un solo dólar. Quizá la haya alcanzado algún tipo de maldición maldición del Conde Drácula.

Cierren las ventanas, llenen la habitación de ajos, tengan el crucifijo y una estaca a mano y que anden bien.






domingo, 15 de marzo de 2015

Del Louvre a su comedor. Hoy cocina Leonardo

      Muchas veces, muchas más que las deseables, se topa uno con sujetos que no saben nada de nada. Particularmente son los más propensos a opinar categóricamente de todo lo que se les cruce por delante. Tácticas deportivas, construcción de puentes, intervenciones quirúrgicas, siembra directa o farmacopea están al alcance de la sabiduría del que nada sabe. Del otro lado de la escala, los especialistas en algo, ponen tanto el foco en el área de su incumbencia que conocen muchísimo de algo, pero casi nada del resto. Las ramas del conocimiento son tantas y tan profundas hoy en día que no hay nadie que pueda almacenar todo el saber de varias áreas al mismo tiempo. 

Leonardo Da Vinci
      Hubo un hombre, uno muy famoso, que se se considera que fue el último que almacenó todo el conocimiento disponible en su época. Y a pesar de que fue hace mucho y obviamente lo que había para saber era menos que lo disponible hoy, haberlo manejado todo al mismo tiempo es poco menos que un prodigio. El riquísimo idioma español guarda una palabra específica para denominar a los sujetos que cuentan con dicha capacidad: Polímatas. Hace unos 23 años murió el más contemporáneo de ellos: Isaac Asimov, a quien no casualmente Bombilla Tapada le dedicó el primero de sus post. También podemos incluir dentro de esa exclusiva categoría a René Descartes o a Isaac Newton. Sin embargo nuestro hombre de hoy fue más allá que los mencionados. Incursionó en la música, pintura, escultura, la ingeniería, la filosofía, la anatomía, la botánica, la literatura, la arquitectura entre otras disciplinas. Hablamos, por si a esta altura no lo notaron del polímata Leonardo Da Vinci.

      Si existe un cuadro famoso es La Gioconda. Si existe un fresco famoso (pintura aplicada sobre una pared con el "enduido" fresco de modo que la pintura y el revestimiento se fundan en uno. De ahí su nombre de fresco) es la Última Cena. Ambos pintados por nuestro protagonista de hoy. Leonardo diseñó el primer tanque de guerra, un antecesor del helicóptero, un submarino, un planeador, una bomba hidráulica, una máquina para pulir espejos entre otros ingenios mecánicos. No solo diseñó edificios sino que sospechó lo que luego serían las leyes físicas de la flexión de vigas. Describió la musculatura, tendones y órganos internos de humanos y animales. Lo de los músculos y tendones se entiende en función de su oficio de pintor y escultor el resto es obra de su insaciable curiosidad.

      Los sufrientes y abnegados lectores de Bombilla Tapada saben que no es este el camino habitual de las notas de este blog. Que en algún momento hemos de dar el volantazo y todo tomará un rumbo extraño. Y eso está por suceder de aquí a un par de frases. Una de las ramas del saber humano que más le apasionó a Leonardo fue la cocina. ¿Le gustaba comer? ¿Le gustaba cocinar? No solo eso, amigos. No solo eso. Lávense las manos y vayan tomando asiento en los bancos dispuestos al rededor de la mesa que ya vamos a comenzar a servir el primer plato.



      En 1452, en una localidad de las afueras de Florencia llamada Vinci, nace Leonardo. Ingresa en 1469 como aprendiz en el taller del artista Andrea del Verrocchio junto con otro muchacho del que se hace amigo y luego serán colegas llamado Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi. Este nombre seguramente no dice mucho, pero sepan ustedes que el hermano de Alessandro era gordo y afecto a la bebida y por ello era conocido con el apodo de "Boticello" que significa "barril". Ambos hermanos fueron conocidos con el apodo de Botticelli y ahora el nombre ya comienza a sonarnos familiar.

      En ausencia de paritarias o convenios colectivos de trabajo para ese entonces, lo que Leonardo ganaba en el taller de Verrocchio no le alcanzaba para sus gastos. Por ello se consigue un empleo nocturno como camarero en una taberna llamada "Los Tres Caracoles". Por motivos que no son claros en 1473 dicho establecimiento se queda sin sus cocineros, algunos cronistas mencionan un envenenamiento general. Leonardo se postula para regentear la cocina de la taberna con resultados desastrosos. Se le ocurrió una idea que hoy es común entre los chefs de los mejores restaurantes pero que 540 años atrás era toda una innovación no comprendida en absoluto. Da Vinci presentaba sus platos montados sobre figuras talladas en polenta o anchoas artísticamente enroscadas sobre hojas de repollo o zanahorias esculpidas en el centro de una fuente casi desierta de comida pero finamente adornada. El público habitual de Los Tres Caracoles pretendía abundancia en lugar de belleza y se lo hace notar del modo más contundente posible, tratando de matarlo creyendo que los platos de Leonardo eran antes una burla que un hecho artístico.

     Como a nadie, ni aún a él, se le había ocurrido la idea de la estación de subterráneo  Leonardo se gana la vida dibujando, y tocando el laud por las calles florentinas a cambio de monedas. Mientras tanto continua aprendiendo y trabajando para Verrocchio mientras comparte sus días de aprendizaje con Botticelli. Los parroquianos de Los Tres Caracoles ya habían eliminado al chef que pretendían que se burlaba de ellos pero aún seguían con ganas de pelearse con alguien, y en ausencia de mejores motivos, lo hacen entre ellos con gran suceso. Destruyen la taberna y la incendian completamente. Leonardo convence a Botticelli de intentar reflotarla, ahora como dueños del emprendimiento, bajo el nombre de La Enseña de las Tres Ranas. El local, según se cuenta estaba adornado por lienzos de ambos pintores lo que a valores de hoy lo hubiese convertido en el restaurante más caro del mundo. Sin embargo a poco de andar estaban nuevamente en la ruina. El mundo, o por lo menos la ciudad de Florencia no estaba dispuesta a pagar por platos bellamente adornados pero escasamente provistos. La casi total ausencia de clientes aleja a Leonardo por unos tres años de las artes culinarias y a Botticelli para siempre.

Ludovico Sforza
      Por esos días gobernaba Florencia Lorenzo de Médicis conocido como Lorenzo el Magnífico. Se andaba llevando mal con el Papa Sixto IV y pretendía demostrárselo a los espadazos limpios. Sabiendo esto Leonardo le acercó algunos de sus diseños de vehículos blindados y de asalto. Lorenzo no queda del todo impactado por los ingenios bélicos de Leonardo. En cambio le escribe una nota de recomendación para su colega milanes Ludovico Sforza y este se convierte en el mecenas que impulsa la parte más conocida de la carrera artística de Leonardo.  Ludovico, apodado el Moro nombra a Leonardo Consejero de Fortificaciones y en lo que significa un retorno a las cocinas Maestro de Festejos y Banquetes. A poco de recibir el nombramiento la sobrina de Ludovico contraería casamiento y sería la oportunidad de lucirse para Leonardo...pero no pudo ser.

      Cuando Leonardo le presentó el menú a Ludovico este lo rechazó de plano. Las delicias de Leonardo incluían un plato solo con un corazón de alcaucil en el medio, un pepino cortado al medio sobre una hoja de lechuga, una pata de rana sobre una hoja de diente de león, una anchoa sobre un nabo tallado en forma de rana y otras bellezas por el estilo pero Ludovico quería impresionar con un banquete opulento, tal era y sigue siendo, la costumbre. La lista de Leonardo no fue tenida en cuenta en absoluto y en cambio se encargaron 300 patas de cerdo, 60 pavos, 200 terneras, 2000 ostras y 600 salchichas suculentas pero nada artísticas.

Sierra Automática de Leonardo
      Viendo que sus gustos estéticos no eran compartidos por el resto de los viandantes de la época, Leonardo permaneció en la cocina pero inventando ingenios mecánicos a fin de facilitar la tarea de cocinar. Todas las funciones que hoy en la cocina cumple el gas o las microondas en ese entonces eran cubiertas por el fuego vivo. Por lo tanto, un insumo fundamental en la cocina era la leña. Leonardo diseñó para el nuevo palacio de Ludovico en el centro de Milán, una sierra circular "automática" con cinta transportadora incluida que arrimaba la leña a la cocina sin la intervención humana. En realidad todo esto no era del todo cierto. En los subsuelos de la cocina se alojaba el mecanismo que movía el ingenio mecánico, operado por 4 personas y 8 caballos.

      Faltaban 200 años para que los hermanos Montgolfier utilizaran el aire caliente para elevar un globo pero Leonardo conocía ya la tendencia a elevarse del aire a temperaturas altas. Por lo tanto instala en la chimenea de la cocina una hélice que el humo en su ascenso hace girar. Mediante un mecanismo de engranajes el movimiento se transmite a un espiedo que hace girar las carnes asadas sin que nadie deba preocuparse por mover la manivela.





Mecanismo oculto de la Picadora de Vacas
      Pero la gran estrella de la cocina del castillo de Ludovico (diseñada íntegramente por Leonardo) era la máquina picadora de vacas. Se suponía que mediante este aparato una vaca entera (y convenientemente muerta) ingresaba por uno de los laterales de una enorme mesa y salía del otro lado perfectamente trozada y picada. Además de las cuchillas y levas mecánicas el sistema de Leonardo incluía múltiples herramientas adicionales manuales. Los humos y olores normales en una cocina de leña eran asimismo extraídos por un sistema de fuelles diseñados por el Maestro de Festejos y Banquetes.




Castello Sforzesco
      Finalmente llegó el día y Ludovico Sforza se mudo a El Castello Sforzesco, su nuevo palacio y para celebrarlo, dio un banquete inaugurando de ese modo también la "cocina automatizada" de nuestro amigo Leonardo. Uno de los invitados, Saba da Castiglione de Pietro Alemani, embajador de Florencia en Milán, tuvo la feliz idea de referir luego por escrito sus vivencias durante el banquete. Lo primero que cuenta es que, sentados todos los comensales a la mesa la comida se demoraba más de lo prudente en aparecer. En lugar de eso se escuchaba, proveniente de la cocina un estruendo de maquinas y gritos de hombres. Algunos comensales se asoman a la cocina a ver de que se trata. Transcribiremos algunos párrafos:

"La cocina del maestro Leonardo es un gran caos....en lugar de los veinte cocineros antes empleados, las personas que se apiñan en el lugar llegan al centenar y ninguno de los que pude ver se encuentran cocinando...En otro lugar vi una gran picadora de vacas estropeada con media vaca todavía hincada y asomando por fuera de ella y hombres con palancas intentando sacarla de allí...Y aún en otro lugar el ingenio continuo de troncos y leña del maestro Leonardo arrojando suministro dentro de la habitación ...de manera que en lugar de los dos hombres que llevaban los troncos al fuego como antes, ahora había que emplear diez para sacarlos".



      Exitoso en todas las artes y ciencias que emprendió Leonardo, sus incursiones culinarias fueron un completo fracaso. Dejamos para el final un extracto de un código de convivencia que elaboró habiendo presenciado múltiples banquetes en la época. Como verán las costumbres han cambiado un poco en estos últimos 500 años...

No ha de limpiar su cuchillo en las ropas de su vecino de mesa

No ha de morder la fruta de la fuente de fruta y después retornar esa misma fruta mordida a la fuente

No ha de pellizcar ni golpear a su vecino de mesa

No ha de hacer insinuaciones impúdicas a los pajes de mi señor ni juguetear con sus cuerpos.

Si hay un asesinato planeado durante la comida entonces es mejor que el asesino se siente a la derecha de aquel al que piensa matar, no vaya a ser que altere la conversación del resto de los comensales.

Molinillo de pimienta
      A pesar de los fracasos que presentamos en la corriente nota debemos apuntar al menos dos éxitos en las innovaciones de Da Vinci que llegaron hasta nuestros días. Tanto el molinillo de pimienta como la servilleta han sido invenciones de Leonardo que todavía hoy seguimos usando, aunque la servilleta fue tenazmente resistida por los comensales contemporáneos de Leonardo. Es que la costumbre de la época no incluía otra cosa que el mantel a los efectos de limpiarse tanto la boca y las manos como el cuchillo (el tenedor no se utilizaba aún y la comida se llevaba a la boca directamente con la mano) y este quedaba feamente manchado luego de la comida. Por extraño y aún extravagante que nos suene, en la corte milanesa era muy bien visto atar a la pata de la silla un conejo vivo de modo que los comensales se limpiaran sus manos en su suave pelaje. Por ocurrencia de Leonardo, se incluyó un trozo de tela en cada sitial de la mesa para estos menesteres. El mismo Da Vinci cuenta luego, descorazonado, que su idea no habría de llegar a buen puerto dado que algunos de los invitados la usaron para sentarse encima de ella, otros para sonarse la nariz y el resto para envolver algo de comida y llevársela luego a sus casas, de modo que al finalizar el banquete el mantel era un chiquero, como habitualmente ocurría.

Genial escultor, excelso pintor, magistral dibujante, exitoso ingeniero, creativo arquitecto, preciso anatomista, Leonardo ha sido un completo fracaso en la cocina. Digo, como para que nadie se sienta un inútil si se le pega la tortilla, se le queman unas empanadas o se le rompen los huevos fritos.

Buen provecho y que anden bien.















domingo, 8 de marzo de 2015

- Doctor, hay una mosca en mi....Caramelo Richellieu

      La vida al aire libre es maravillosa. El contacto con la naturaleza estimula los sentidos, provee de aire no viciado a nuestros pulmones, los paisajes inundan nuestra vista y nos brinda un efecto reparador en todo nuestro organismo. Comer en un medio natural, pescar o tomar una siesta en un ambiente campestre es beneficiosamente relajante particularmente en nosotros que estamos acostumbrados a los padecimientos de la ciudad. Pero no todas son rosas, hay algunas espinas. Una de las cosas más molestas de la vida campestre son los insectos.

      Con más de 807.000 especies distintas, los insectos están virtualmente por todas partes estropeando todos nuestros mejores momentos. Nos molestan, nos infectan, se comen nuestra comida, se beben nuestra sangre y nos proporcionan un sinnúmero de inconvenientes. Y no solo son numerosos como especie. Se calcula que el numero de individuos  es tan abrumadoramente grande que hay 200.000.000 insectos de todo tipo por cada humano sobre la Tierra  

      Muchos de ellos tienen hábitos y ciclos vitales que nos perjudican. Los gorgojos y otros miembros de la familia de los curculionidae gustan de poner sus huevos dentro de semillas de modo que al nacer sus larvas tengan disponible el almidón de las mismas como alimento. Por supuesto que para esos bichos un silo es como una clínica maternal. Y para el agricultor es la ruina. El tifus, el Mal de Chagas, la enfermedad del sueño, el dengue, la malaria, el paludismo y muchos otros males son transmitidos por otros tantos insectos. De la raíz a los frutos todas los rincones de las plantas pueden verse afectados por un insecto diferente. Inclusive los árboles los sufren siendo víctima su madera del ataque de las termitas.

      Pero no todos son perjuicios. Algunos insectos cumplen funciones que a los humanos nos benefician y mucho. Sin ir más lejos, un gran numero de plantas utilizan insectos como vehículo de la polinización. De modo que la aparición de ciertos frutos y semillas y la permanencia misma en el planeta de esa especie vegetal depende de ellos. La cera y la miel, provista (contra su voluntad) por las abejas o la seda fabricada por el gusano del mismo nombre son otros ejemplos de los insectos a los que podemos sacarles provecho. Hasta la invención de la síntesis química no quedaba otra que utilizar productos "naturales" (cocer, exprimir, machacar, picar, moler) vegetales. minerales y bichos varios buscando alivio para muchas dolencias. Luego se descubrió, ciencia mediante, que algunos de estos remedios eran simples supersticiones, pero otros contenían principios activos realmente útiles y se procedió a aislarlos y fabricarlos de manera sintética.

Lytta Vesicatoria
      Mientras tanto el hombre ha utilizado hormigas, larvas de insectos, arañas, gusanos y hasta moscas para proveerse de fármacos que lo ayudaran a combatir ciertas enfermedades y malestares. Precisamente de una de ellas se va a encargar el post de hoy de Bombilla Tapada. El Departamento de Entomología Aplicada del Blog tiene el agrado de presentarles a Lytta Vesicatoria, conocida también como Cantárida o más vulgarmente como Mosca Española. Tomen la red de cazar mariposas, pónganse ropa adecuada pero antes dénse una ducha, por si acaso, yo se porque se los digo.

      El bicho en cuestión es bastante bonito. Mide entre uno y dos centímetros y luce un atractivo color verde metalizado tornasolado. Como a la mayoría de los insectos le gustan los climas cálidos Su vida es más bien anodina, como la de cualquier insecto. Los suyo es mas bien comer, aparearse, poner huevos y luego proceder a morirse si no es ingerido con antelación por alguno de sus múltiples predadores. Lo que hace especial y objeto de la presente nota a Lytta Vesicatoria es una sustancia que se halla en su cuerpo y particularmente sus efectos sobre el organismo.

      El segundo nombre que mencionamos por la que es conocida es Cantárida y ello se debe a que en su organismo se encuentra una sustancia llamada cantaridina. En principio forma parte de la linfa (esa especie de pastenaca viscosa que los insectos tienen dentro y que suele desparramarse al ser aplastados con el reglamentario zapatillazo) y en apariencia tiene cierto olor que les es útil a la hora del cortejo. Pero la cantaridina tiene un efecto asociado más que es que es extremadamente irritante. Si un predador muerde una Lytta le provoca tal irritación que en toda su vida no volverá a intentarlo. Es más, muchos pájaros y reptiles insectívoros evitan comer, tanto a la cantárida como a cualquier otro insecto que tenga ese color verde metalizado, por las dudas. Diez miligramos de cantaridina administrada a un humano le provocará la muerte por envenenamiento. Lo interesante es lo que ocurre con las dosis intermedias.

      El contacto de la piel con la cantaridina provoca ampollas, como puede verificar quien sorprenda a una de estas moscas posada sobre si y la mate de un golpe. Durante la antigüedad una práctica medica habitual, consistía en pretender extraer el mal de un cuerpo enfermo provocando la salida de fluidos corporales que lo contenían. Así se buscaba que un paciente vomite, sude o sangre a fin de que el mal que lo aquejaba salga de su interior. El uso de sanguijuelas para provocar el sangrado se inscribe dentro de estas prácticas. Quizá de las más crueles sea la de provocar ampollas en la creencia de que el líquido que las llena contiene el mal que escapa del organismo al exterior. La cantaridina era una de estas sustancias, obtenida de disecar y moler moscas españolas y fabricar con ella pomadas y ungüentos. Pero no será ese el uso que destacaremos en la presente nota.

      Ingresar cantaridina al organismo es terriblemente peligroso por los efectos que comentábamos más arriba. Es tóxica y puede conducir fácilmente a la muerte. Pero en dosis más bajas que los 10 mg fatales tiene efectos pasajeros no tan categóricos. Provoca la irritación de la mucosa gástrica que se manifiesta en diarreas, nauseas y vómitos. Cuando pasa del sistema digestivo a la sangre y esta es filtrada por los riñones también irrita el sistema urinario provocando una afección que se llama "priapismo".


    Hijo reconocido de Dionisio y Afrodita, Príapo era en realidad fruto de una aventura extramatrimonial de esta última con Adonis. La diosa Hera, esposa de Zeus, quiso castigar la conducta licenciosa de Afrodita haciendo deforme al vástago. De modo que Príapo era feísimo de cara y tenía un miembro viril gigantesco y desproporcionado con su cuerpo. Una de las leyendas que recogen los mitógrafos es que Príapo apostó contra un burro sobre las dimensiones de sus partes pudendas y que humilló al cuadrúpedo. Ante la eventualidad de que se encuentren niños en vuestra compañía mientras lee usted la presente nota, este párrafo no lleva ningún tipo de ilustración.

     De modo que no es muy difícil sospechar que la dolencia que le hace honor tenga algo que ver con la virilidad. El priapismo consiste en una dolorosa inflamación de los cuerpos cavernosos del pene que puede extenderse durante horas y que a todos los efectos externos provoca una erección similar a la de orden sexual aún sin estímulo. Quien padece de priapismo puede sufrirla aún mientras mira el debate entre dos candidatos a intendente de Indio Rengo o la final del Abierto de Golf de Salamanca.



Cardenal Richellieu      
      Existía en Europa, durante el siglo XVIII y aún en el siguiente, una medicina en forma de pastillas conocidas como "Caramelos Richelieu" (que contenían la droga en cuastión) en honor al poco casto Cardenal primer ministro de Luis XIII. Su uso se fue extendiendo en la aristocracia europea como un precursor (bastante peligroso) de nuestro actual Viagra. Desde Giacomo Casanova (famoso amante veneciano con más de 132 conquistas amorosas documentadas y otras tantas anónimas) hasta el Marques de Sade pasando por todos los nobles que sintieran la necesidad de brindar una perfomance sexual acorde con las expectativas fueron usuarios de los caramelos en cuestión.



Fernando el Católico
   
       Es bien conocida la historia del casamiento de Fernando II de Aragón con Isabel I de Castilla unificando así los dos más grandes reinos de la península ibérica y dando inicio a lo que hoy es España. Aquellos que financiaron el viaje de Colón y terminaron de echar a los moros de su territorio. Luego de darle 5 hijos a la corona, Isabel I procedió en 1504 a morirse. El viudo Fernando de 53 años se casa entonces con Germana de Foix de juveniles 18 años recién cumplidos, sobrina del rey Luis XII de Francia. La enorme diferencia de edades lleva a Fernando el Católico a pretender impresionar a su joven esposa en lo que a artes amatorias respecta utilizando para ello los conocidos Caramelos Richellieu. El 23 de enero de 1516 muere a los 64 años presumiblemente a causa de una sobredosis de cantaridina. Los efectos de la intoxicación mortal con la droga son tan fuertes que ante un cadáver sospechado de envenenamiento se procedía a retirar un trozo de intestino del occiso (total ya estaba muerto y no lo iba a echar de menos) y frotarlo contra la piel afeitada de un conejo. Sus efectos seguían permaneciendo allí y al pobre miembro de la familia de los leporidae se le llenaba la piel de ampollas. Esto constituye uno de los primeros ejemplos de pericia toxicológica judicial post mortem documentados.

Según el médico brasileño Drauzio Varella en mundo gasta 5 veces más en medicamentos para la virilidad e implantes estéticos de siliconas que en la investigación para la cura del mal de Alzheimer. De modo que, a decir del Dr. Varella, en unos años tendremos cantidad de ancianos de miembros erectos y ancianas con pechos turgentes pero ninguno de ellos recordará para que sirve semejante cosa.

Cambian las épocas, cambian los medios, cambian los recursos, pero las motivaciones siguen siendo las mismas.

Que anden bien
















domingo, 1 de marzo de 2015

Estafadores del Caribe. Polleras y mosquitos

      Esta vez, si me lo permiten, daremos muchas vueltas. Vamos a seguir a un personaje de esos que nos gustan. Arrancaremos en Escocia, nos vendremos para América, volveremos a Europa y terminaremos nuevamente en América. Hablaremos de aristocracia, cine, guerras y de una de las cosas que más le agradan al Comité de Revisión Literaria de Bombilla Tapada: las estafas sin violencia. Pónganse el Kilt de tartán que, como dijimos empezamos en Escocia. 





Black Watch
      Hay algunos apellidos indican, con solo oirlos, el origen de su usuario. Quizá el más claro sea el Mac de los escoceses. Luego de la revolución Jacobiana en Inglaterra el rey Jorge II autoriza la creación de seis compañías militares para patrullar las Highlands escocesas. Tres de ellas estaban al mando de la familia Campbel, una de los Fraser, otra de los Munro y la última de los Grant. Eran básicamente batallones de exploración destinados a detectar cualquier intento de futura revuelta. No se sabe bien si a causa de sus actividades nocturnas o del color oscuro del tartán de sus Kilt (la típica pollera escocesa) recibieron el nombre de "Black watch". La familia de nuestro personaje de hoy (al menos los varones) pertenecieron por generaciones a ese cuerpo que más tarde fue incorporado a las filas del ejército regular británico. Su apellido quizá sea el más escocés de todos: Mac Gregor. Su padre Daniel tuvo la poco feliz idea de ponenle Gregor de nombre, por lo tanto el protagonista del presente post lleva el cacofónico nombre de Gregor Mac Gregor.

Gregor Joven
      La Nochebuena de 1786 nació en Edimburgo nuestro personaje de hoy. Mitad por tradición familiar, mitad por haber quedado huérfano a los ocho años decide entrar en la milicia lo más temprano que los reglamentos permitieran. Por lo tanto, a sus 16 años ya es oficial del ejército. La fortuna le sonríe al casarse con la hija de un almirante lo que lo introduce en el ambiente social de la alta oficialidad. Luego la fortuna deja de sonreírle y le cambia drásticamente el gesto al fallecer en 1811 su esposa y la familia de esta decide quitarle el apoyo. No pudiendo disfrutar de los bienes de la familia del almirante (que había tenido la prudencia de fallecer antes que su hija) Gregor se contacta con el Mariscal Beresford quien lo contrata como oficial para el ejército portugués. Retorna a las islas británicas, tiempo después portando un falso título nobiliario lo que constituye un asomo de lo que vendría (aunque en ese momento nadie lo supiera).

Simón Bolívar
      Plena época de fervor independentista americano, el General Simón Bolívar encabeza una misión a Inglaterra con el objeto de conseguir oficiales para organizar su Armada. Gregor Mac Gregor se enlista entonces como oficial del ejército patriota venezolano con el grado de Coronel. Allí pelea con auténtico fervor por la causa emancipadora recibiendo varios ascensos a causa de sus acciones de guerra. El intento de reconquista realista en el norte de Sudamérica fue bastante más violento que en nuestro país y las victorias y derrotas se fueron alternando dramáticamente. Sin embargo y a pesar de no ser un nativo de la zona Mac Gregor nunca dudó a que bando apoyar. El mismo Simón Bolívar en 1816 lo asciende a General de División y le impone la Orden de los Libertadores.

     Buena parte de las acciones del plan de Bolívar consistían en asegurar las islas cercanas a Venezuela para la causa emancipadora, de manera que no pudieran ser utilizadas para lanzar desde allí un contraataque por parte de los españoles. Esa tarea, en parte es encomendada a Mac Gregor. Ocupa la isla Amelia y la isla Margarita. Ataca también la guarnición española de la ciudad de Portobelo en la actual Panamá, aunque sin éxito. Se dirige entonces a territorio de lo que hoy es Nicaragua...

      En 1984 una película protagonizada por un joven Harrison Ford cuenta la historia de ficción de un científico e inventor autodidacta que, agobiado por el espíritu consumista de los Estados Unidos se dirige con toda su familia hacia un lugar salvaje y solitario en Centroamérica. Tanto la película como la novela en la que se basa se llaman "La Costa de los Mosquitos" (The Mosquito Coast) y refiere al lugar del mismo nombre que realmente existe. En la película se lo presenta como un lugar espantoso infestado de alimañas e insectos y realmente es así. Mencionarlo justo en este momento no es caprichoso dado que hacia allí es donde se dirigió Mac Gregor.



      Ya sobre fines de los 1700 los pocos colonos europeos que habían intentado poblarlo o bien se habían buscado tierras mas benevolentes o bien habían muerto víctima de las pestes y malas condiciones de salubridad de la costa. Para la llegada de Mac Gregor la zona estaba habitada escasamente por población nativa, esencialmente miembros de la tribu Poyais. De un momento a otro, Gregor Mac Gregor decide abandonar el ejército venezolano, con el grado nada despreciable de Brigadier General de las Provincias Unidas de Nueva Granada y Venezuela y General en Jefe de los Ejércitos de las Dos Floridas y retornar a Europa.

Gregor Maduro
      1820 lo encuentra en Inglaterra, nuevamente, pero esta vez autoproclamándose Príncipe de Poyais bajo el nombre de Gregor I. Puesto a inventar un país inexistente, a Gregor I no le costaba nada seguir inventando. Poyais era un país exuberante y próspero. Sus ciudades contaban con puertos, teatros, edificios para el parlamento, catedrales. Sus mercados rezumaban oro y joyas. Sus fértiles tierras entregaban sus dones a mano llena. Ciertas gestiones a cargo de antiguos camaradas de armas del ejército británico lo pusieron frente al rey Jorge IV quien le otorgó el titulo de Sir, para favorecer el intercambio entre ambos países.



Libra Poyaisense
      Sir Gregor I no se detuvo allí. Hizo pintar, bajo sus instrucciones cuadros donde se reflejaba el aspecto de la capital de Poyais e imprimió folletos describiendo el país y las posibilidades de negocios que ofrecía. Abrió oficinas de inmigración para gestionar los "papeles" necesarios para establecerse en el país y comenzó a vender lotes de a  un chelin el morgen (una unidad de superficie alemana en uso por ese entonces equivalente a un tercio de hectárea. Como curiosidad su nombre coincide con el vocablo alemán para denominar la mañana. Y es que esa área era la superficie aproximada que un campesino y su buey podían arar en el término de una mañana de trabajo). Estableció también oficinas de cambio de modo que, al arribar, los nuevos habitantes del país ya hubieran cambiado sus Libras por dinero de curso legal vigente en Poyais (que Mac Gregor había mandado convenientemente a imprimir).

Titulo de propiedad
      Finalmente en 1822 partió desde Inglaterra el primer contingente de nuevos habitantes del próspero Poyais, pero al llegar no pudieron dar con las catedrales ni los teatros. Ni siquiera encontraron el puerto. Desembarcaron allí donde Mac Gregor les había indicado y solo encontraron unos nativos que, alimentándose a duras penas ellos mismos, se encontraron con serias dificultades para alimentar a los inesperados visitantes. Muchos de ellos murieron. Otros fueron rescatados al año siguiente por una expedición inglesa que, enterada de casualidad de la suerte de sus compatriotas mientras recalaba en Colombia, corrió a socorrerlos. Varios barcos fueron advertidos de la inexistencia de Poyais en pleno viaje e invitados a poner proa nuevamente hacia Europa. Mientras tanto Sir Gregor I continuaba con sus gestiones de Jefe de Estado consiguiendo un préstamo de 200.000 libras para desarrollar inversiones en Poyais. Un par de semanas más tarde, los bonos de deuda soberana de Poyais cotizaban en la Bolsa de Londres.

Bono soberano de Payais
      El escándalo no tardó en estallar. Sir Gregor I movió a sus contactos y evitó la detención. Cruzó el Canal de la Mancha y se dirigió a Francia, donde en lugar de llamarse a silencio continuó con sus negocios fraudulentos. De modo que en 1825 logró embarcar al primer contingente de franceses rumbo a la inexistente Poyais. Uno no puede imaginar que era lo que esperaba Mac Gregor que ocurriera en este caso, pero el resultado fue lógicamente similar al que obtuvo en Inglaterra. Creyendo que en las islas Británicas se habían olvidado de él retornó en 1827 escapando esta vez de los franceses. Obviamente los ingleses damnificados por su estafa lo estaban esperando y fue detenido de inmediato. Sin embargo, su pasado como militar lo salvó de la cárcel y huyendo llegó de nuevo a Francia donde disfrutó de su fortuna en la campiña, alejado de sus furiosas víctimas.

      Conforme el dinero se le fue agotando, Gregor Mac Gregor comenzó a recordar su glorioso pasado americano y en 1838 reclamó su nacionalidad venezolana (en honor a los servicios prestados), la devolución de su rango militar y la concesión de una pensión vitalicia. Una vez que el estado le concedió sus pedidos partió nuevamente hacia América. Venezuela ya era independiente y Gregor Mac Gregor se instaló en Caracas, cobrando su pensión como General de División retirado y dedicándose hasta su muerte, el 3 de diciembre de 1845 a la cría de gusanos de seda.

      Su cuerpo reposa en el Panteón Nacional junto con el de Simón Bolívar y otros militares, científicos y hombres ilustres de Venezuela. Sin embargo, la historia oficial, esconde, soslaya o tergiversa los hechos, de modo que quede solo el lustre de sus hazañas militares y desaparezca, en la medida de lo posible, su gigantesca estafa.

      De todos modos, toda esta historia fue solo una excusa para ofrecerle, a precio de oferta, unos terrenos inmejorables en el próspero Poyais. Tengan paciencia que ya comienza la subasta de unos solares maravillosos al amparo de la bella Catedral y cerca del Teatro de la Ópera Poyaisense.



Que anden bien