domingo, 21 de diciembre de 2014

Para la cartera de la dama o el bolsillo del caballero. Llegaron los extraterrestres!

(El 50% de los nulos ingresos que generará este post serán percibidos por el Sr. Horacio Serrano quien me ha brindado ciertos datos fundamentales para la confección del mismo)

      Durante los años 70 muchas cosas se revolucionaron, particularmente la manera de pensar de la gente. La aparición, por ejemplo, de las píldoras anticonceptivas provocó un cambio en las relaciones inter personales, por llamarlo de alguna manera. Unos se permitieron pensar que un cambio era posible en el ámbito político y no dudaron en armarse para lograrlo. Otros, defendieron el Status Quo de forma mucho más violenta con consecuencias que aún hoy, 40 años después, seguimos pagando. En medio de cambios musicales, culturales y sociales, casi ningún rincón del conocimiento humano se salvó del sacudón.



      Hasta la estática historia se permitió ser cuestionada. El llamado Revisionismo sacó del bronce a los héroes intocables y los convirtió en seres humanos como nosotros, lo que los vuelve aún más valiosos. Pasamos de un San Martín que ganaba las batallas sin despeinarse en el Billiken a uno que sufría una úlcera perforada, vomitaba sangre y utilizaba ciertas sustancias no muy bien vistas para calmar los dolores. El Sarmiento que siempre estaba con un libro en la mano e inaugurando escuelas, utilizaba un lenguaje de estibador portuario cuando se enojaba y le gustaban las mujeres como el dulce de leche. Claro que en medio de los historiadores serios aparecieron, como siempre, algunos chantas. Puntualmente no se metieron con la historia relativamente reciente y bien documentada sino con civilizaciones antiguas e interpretaron las cosas como les vino en gana demostrando que el rigor científico había pasado a kilómetros de ellos. 



      La idea básica de estos muchachos es que la civilización humana no avanzó por si sola y la fuerza de su intelecto sino que hemos sido visitados por seres extraterrestres que nos enseñaron como hacer las cosas. En ningún momento explican como fue avanzaron las civilizaciones que nos visitaron. Quizá hayan sido visitadas por otras civilizaciones que les enseñaron a ellos y así retrocediendo hasta el inicio de los tiempos. Se metieron a escribir sobre arqueología, intentando refutar las teorías establecidas sobre el tema, pero como imaginarán, ninguno de ellos era arqueólogo. Escribieron libros, filmaron películas y se llenaron de dinero. ¿Que otra cosa pueden ser los dioses de todas las civilizaciones antiguas sino  visitantes extraterrestres que vienen a explicarnos como construir pirámides? Todos y cada uno de los pseudo argumentos de estos estafadores han sido refutados por los verdaderos profesionales del tema. Sin embargo y si me acompañan hasta el final con el último ejemplo que les voy a presentar parecería que han triunfado finalmente. 

Erich Von Däniken
      La característica principal, que se reitera con casi exclusiva frecuencia es que todos los "hallazgos" arqueológicos de estos tipos están o bien sumergidos en medio del mar, o bien en la cima de una lejana montaña o en las profundidades de una caverna en medio de la selva en un país hostil y lejano. Nunca hay forma de verificar personalmente que es lo que hay de cierto en sus afirmaciones. Debemos tener fe, y mucha, en sus fotografías generalmente impresas en un blanco y negro penoso. El principal referente de esta escuela es el suizo Erich Von Däniken. Este escritor que en la actualidad tiene 79 años estuvo un par de veces preso por estafa, pero paradójicamente no por sus libros sino por fraude en la administración de los hoteles en los que trabajaba en su juventud. Es decir, su formación...hotelero. ¿Recibido de arqueólogo? No, ni un poco. Pero ¿Estudió arqueología? No, ¿Para qué?

"Astronauta" de Palenque
      El tipo está emperrado en ver astronautas en todos los relieves de todos los templos del mundo. Cualquier firulete es fuego saliendo de un impulsor. Cualquier sombrero que la figura usara es una escafandra de un traje espacial. Cualquier alegoría de personas o cosas que se elevan sobre el suelo son OVNI´s. Sus hallazgos están siempre en la selva peruana, o en la estepa rusa o en cuevas talladas por la mano del hombre que luego nadie encuentra y si lo hace son cuevas comunes y corrientes. Cualquier escultura antigua en forma de insecto o pájaro es un avión que el escultor obviamente no pudo haber conocido de la manera convencional sino mostrado por los extraterrestres. Artesanos que reconocen haber confeccionado objetos con la forma que don Erich les ha pedido y que luego el suizo presentó como un hallazgo arqueológico inexplicable, a no ser que use uno los obtusos argumentos sostenidos por el pseudo investigador. 

Líneas de Nazca
       El español Pedro Cieza de León en 1547 mientras recorría senderos en las Pampas de Jumana, en Perú, divisó unas líneas que parecían conformar un dibujo gigantesco sobre el suelo. Subió a una de las numerosas colinas de la zona y descubrió lo que hoy llamamos "Líneas de Nazca". Sobre el suelo pedregoso los miembros de la cultura Nazca habían trazado hace más de 1500 años dibujos de monos, colibríes, garzas y águilas entre otros. El procedimiento para hacerlo fue el de rasgar la superficie pedregosa, quitando los guijarros superiores y generando una zanja de no más de 30 centímetros de profundidad. La prueba de que ese fue el método empleado es que las piedras retiradas forman túmulos en diversos lugares del complejo. La casi ausencia de lluvias y la sombra provocada por el pleno sol casi constante mantuvieron y resaltaron los dibujos. Como tantas otras culturas, incluida nuestra judeocristiana, los nazcas adoraban dioses que creían, vivían en el cielo y es este el motivo de los dibujos. Däniken insiste ante los miles de lectores que no viven en Perú que las líneas solo pueden verse desde una máquina voladora. Cieza de León las vio casi 500 años atrás usando el complejo método de subirse a una loma. Pues para nuestro arqueólogo en pantuflas las líneas de Nazca son una suerte de pista de aterrizaje para las naves de los extraterrestres que nos visitan con molesta frecuencia en sus libros.

Sin embargo, la inercia refutadora se frena abruptamente frente a un relieve nada menos que de una catedral europea. Presten atención

Astronauta de Salamanca
      Comenzada a construir en 1513 y finalizada en 1733 la Catedral de Salamanca está ornamentada como casi todas las catedrales neo góticas con relieves en piedra. La puerta norte, llamada puerta de Ramos, posee la extraña figura que pueden ver en la foto aquí al lado. Sin dudas es un astronauta. Es más es un astronauta en misión extra vehicular. Tiene la línea de oxígeno y comunicaciones típica de los astronautas que salen al exterior de la nave a realizar operaciones de ensayos o reparaciones externas. Aquí no hay ninguna duda. Hasta el estriado de las botas se corresponde con los trajes espaciales modernos. ¿Es que había astronautas en Salamanca en 1733? ¿Fue la ciudad española colonizada por seres del espacio vestidos de ese modo hace tres siglos? ¿Däniken tiene razón? Estamos a punto de que nuestra postura zozobre.





      En la impronunciable ciudad holandesa de Hertogenbosch se encuentra la catedral de San Juan de Bolduque. Con una imponente torre de 73 metros de altura uno de los tejados luce el ángel que vemos también ilustrando estas palabras. Indudablemente llama la atención la postura un tanto relajada del enviado divino así como su vestimenta. Y no solo eso. Cualquiera coincidirá en la apreciación de que el citado ángel está hablando por celular. ¿Celulares en el 1700? ¿Otra vez la anacronía inexplicable está del lado de quien calificamos como estafador y chanta? ¿Es que tenemos que callarnos la boca y admitir nuestro error? ¿Pasará de un párrafo a otro Däniken de villano a héroe?









      El Departamento de Arqueología de Bombilla Tapada se puso el arduo objetivo de encontrar la respuesta y obviamente lo consiguió. Después de varias interconsultas con la División Arquitectura Gótica y Barroca, la Gerencia de Ceremonial y Protocolo y la encargada del delivery del buffet estamos en condiciones de seguir sosteniendo que el tal Erich Von Däniken es algo más que un chanta.

      La erosión por las lluvias y el smog de las calles actuales son profundamente dañinas para los edificios de piedra, por lo tanto de vez en cuando hay que restaurarlos. El oficio de quienes tallan la piedra, con herramientas más modernas que las originales pero con el mismo arte, se llama cantero. Y es costumbre aceptada en el medio que cuando un cantero restaura un edificio antiguo le agregue una talla nueva a modo de firma. No es fuera de lo común que busque un elemento (con permiso del responsable del bien restaurado) que identifique la época en que ocurrió la restauración.

      En 1992 España era un hervidero de exposiciones y muestras en coincidencia con el quinto centenario del Descubrimiento de América. Una de las exposiciones iba a llevarse adelante en la Catedral de Salamanca y sus responsables decidieron restaurarla para lo cual contrataron al cantero Miguel Romero quien es el responsable de tallar el simpático astronauta en cuestión. Caso parecido ocurrió con la Catedral de San juan en Holanda con el ángel que, efectivamente, habla por celular y viste jeans. Misterio resuelto.

      Leídas superficialmente, las "teorías" de Von Däniken son solamente una chantada. Un medio casi ilícito de ganarse la vida pero parangonable a astrólogos y lectores de suertes varias. Una mirada más profunda encuentra indicios de racismo y discriminación al no admitir que las culturas africanas, asiáticas y americanas pudieron desarrollar construcciones, obras de arte, observaciones astronómicas, matemática y cultura tanto o más desarrolladas que las del resto del mundo sin ayuda de ningún enviado foráneo. Sea este europeo o extraterrestre. 




Y ya me hicieron enojar....

Que anden bien.




domingo, 14 de diciembre de 2014

Mas solo que Pinocho el día de la Madre. De náufragos e islas desiertas

      Se decía por ahí, que en un momento fueron tan populares que la revista Tia Vicenta (publicación humorística dirigida por Landrú desde fines de los 50 hasta mediados de los 60) había prohibido los chistes de esa temática. Sin embargo siempre algún humorista ingenioso lograba una nueva vuelta de rosca y aparecía publicado un chiste al respecto. Hay películas, chistes, leyendas, historias y miles de humoradas sobre el tema. A pesar de lo trillado del tópico hoy el Departamento de Contenidos de Bombilla Tapada ha decidido (por 54 votos a favor, 11 en contra y 2 abstenciones) retomar el caso con 2 historias al respecto. En realidad son dos que luego se funden en una sola que es muy famosa pero cuyos verdaderos orígenes pocos conocen. No prolonguemos más el suspenso, Bombilla Tapada hablará hoy de islas desiertas.

      Hay cada vez menos, mayormente las que quedan tienen climas hostiles o paisajes sombríos y el motivo para que carezcan de habitantes humanos es que nadie tiene un buen motivo para ir allí. Hoy una isla desierta de clima tropical alejada del barullo del continente se convierte en un excelente destino turístico para quien pueda costearse los gastos de llegar hasta ahí. Pero hace unos años, un siglo atrás por ejemplo, una isla desierta era una cárcel a cielo abierto. Sin posibilidad alguna de comunicaciones remotas, ni rastreo aéreo se dependía de que alguien mirara hacia ella desde un barco en el exacto momento en que uno prendía una hoguera humeante (si es que había hallado la manera de hacer fuego) 

Alexander Selkirk
      Justamente fue lo que le pasó en 1703 al marinero escocés Alexander Selkirk. De adolescente había tenido ciertos problemas con la ley por lo tanto, embarcarse sonaba como un buen plan. Para ese entonces Inglaterra se encontraba en hostilidad permanente con España, por lo tanto entró como marinero en el Cinque Ports un galeón que formaba parte de una flota más grande cuyo objetivo era asaltar barcos españoles de camino a Buenos Aires. La mala suerte para él, la buena para los españoles, es que no pudieron cruzarse con ninguno. Los capitanes de todos los barcos de la flota votaron y en escrutinio dividido decidieron pasar al Pacífico por el Cabo de Hornos. Muchos se opusieron pero se acató la decisión de la mayoría. Por supuesto, el viaje terminaba siendo no solo distinto sino más largo que lo pautado originalmente. Las provisiones comenzaron a escasear y muchos marinos se enfermaron de escorbuto (una enfermedad que provoca hemorragias, caída de dientes y pelo, trombosis y finalmente la muerte. Se debe a la falta de vitamina C, típica de quienes no consumen alimentos o frutas frescas. Debido a eso, el nombre técnico de la vitamina C es ácido ascórbico es decir sin escorbuto). Llegaron penosamente al archipiélago Juan Fernández, que hoy pertenece a Chile, a unos 600 km frente a Santiago. Allí se aprovisionaron de caza y alimentos. Selkirk notó que el Cinque Ports se estaba deteriorando rápidamente durante la travesía, cuando pudo verlo con tranquilidad desde la isla. Habló de ello con varios de sus compañeros. Los comentarios de Selkirk llegaron a oídos de Brian Pickering capitán del barco. A don Brian los comentarios de Selkirk le sonaron a motín. Pese a la negativa de Alexander, fue castigado al modo pirata. Lo abandonaron en una isla solitaria con un mosquete, un poco de pólvora, un cuchillo y una Biblia. Normalmente el castigado no duraba mucho vivo, pero no fue el caso de Alexander Selkirk. Si en cambio el de Pickering y todo el resto de la tripulación del Cinque Ports dado que, como había apreciado Selkirk, el barco tenía graves problemas, lo que se demostró poco tiempo después con su hundimiento. 

      Al principio, mitad por miedo a que la isla estuviera habitada por cualquier género de bestias y mitad por si sus compañeros se arrepentían y volvían por él, Alexander se quedó en la costa, comiendo cangrejos y algún pescado que lograra atrapar. Al poco tiempo los lobos marinos comenzaron a acercarse a la isla con el objeto de cumplir con sus rituales de apareamiento. Alexander no era bien visto merodeando entre las parejas de lobos así que por la fuerza tuvo que migrar hacia el interior de la isla. Allí se construyó 2 chozas. Una para vivir y otra como almacén. Domesticó algunos gatos salvajes de la isla, seduciéndolos con carne de modo que se quedaran a vivir con él y mantuvieran a raya a las ratas. Durante su prolongada estadía en la isla divisó 2 veces barcos cercanos a la costa. Pero temiendo que fueran españoles y lo tomaran por un combatiente del bando enemigo los dejó pasar sin llamar su atención. Leía la Biblia en voz alta (al fin y al cabo no molestaba a nadie) a fin de no perder el don del habla, según su apreciación. 

      El 2 de febrero de 1709, seis años después de haber sido abandonado, el barco Duke, de la armada británica atracó en la isla a fin de aprovisionarse de caza fresca, mayormente cabras. Al reconocer que los marineros hablaban inglés Alexander apareció frente a ellos. Volvió a Inglaterra a bordo del Duke y allí, según dicen se casó con una viuda. Pero, evidentemente, el mar para Alexander Selkirk era más fuerte que el amor. Con grado de Teniente de la Armada volvió a surcar los mares, falleciendo presumiblemente de fiebre amarilla el 13 de diciembre de 1721 en alta mar a bordo del buque Weymouth.



      Distinto por un lado y parecido por otro fue el caso de Pedro Serrano. En 1526 a bordo de un pequeño barco de reconocimiento, junto con otros marinos, recorría el trayecto entre La Habana y Cartagena de Indias en la actual Colombia. En medio de la travesía lo sorprendió una tormenta tropical y el barco se hundió sin dejar sobrevivientes a excepción de Serrano. Nadando como pudo llegó no a una isla sino a un banco de arena. Una montaña de arena sin vegetación, ni agua dulce, ni nada. El único implemento civilizado que tenía, además de la ropa, era un cuchillo convenientemente atado a la cintura. 

      El primer problema a resolver para Pedro fue el agua para beber. En principio la comida no era difícil de conseguir: gusanos, caracoles y cangrejos llegaban a la playa por sus propios medios.  Vio llegar hasta la playa (Bah, en su banco de arena, todo era playa, medía unos 10 Km de perímetro ) una tortuga de gran tamaño, y otra detrás, seguida por otra más. Serrano las fue poniendo panza arriba para inmovilizarlas y luego las fue matando una a una. Luego de haber saciado su apetito puso el resto de la carne de tortuga a secar a modo de provisión y colocó las caparazones vacías con el hueco hacia arriba de modo que cuando lloviera pudiese almacenar la mayor cantidad de agua dulce posible. Este procedimiento fue repetido hasta completar una verdadera batería de recipientes para el agua, para beneficio de Serrano y desdicha de las tortugas.

      Se lanzó al agua innumerables veces y fue trayendo hacia la costa piedras, valvas de moluscos, pedazos de madera de otros naufragios y todo lo que pudo parecerle útil. Con las rocas más grandes construyó una torre donde guarecerse del sol. No solo eso, logró hacer fuego usando el cuchillo y las piedras como pedernal y la madera encontrada como combustible. Al rededor de su laboriosa hoguera levantó pequeñas murallas de valvas de moluscos y caracoles para protegerlo de los vientos. A las pocas semanas ya no tenía ropa. A los pocos meses la barba le llegaba hasta el ombligo. Perdió todo menos el cuchillo y la esperanza aún cuando vio pasar cerca del banco varios barcos que no hicieron caso de sus humaredas.

      Llevaba 3 años de vida en su islote cuando una mañana, aferrado a un gran tablón de madera, apareció otro náufrago, esta vez si atraído por el humo. Un galeón se había hundido y su nuevo camarada era el único sobreviviente del nuevo naufragio. Cuando se vieron el uno al otro, ambos quedaron espantados. El aspecto de Serrano era más animal que humano. Una vez que se reconocieron camaradas en desgracia se fundieron en un abrazo regado por lágrimas de emoción. 

      Un par de semanas más tarde estaban peleados y procedieron a dividirse el banco de arena en dos. Unos días después razonaron que ese comportamiento era realmente una locura. Eran las únicas dos personas que había en kilómetros a la redonda y no se hablaban entre sí. Volvieron a hacer las paces y así estuvieron por el lapso de unos 5 larguísimos años más.

      En 1534 un galeón español haciendo el mismo camino de La Habana a Cartagena pasó cerca del banco y divisó el humo. Mandó un bote para que verificara de que se trataba. Los dos náufragos tenían un aspecto tan penoso que decidieron avanzar hacia la playa rezando el Credo de viva voz de modo que los remeros del bote no dudaran de que se encontraban frente a un par de humanos. Fueron alzados a bordo y poco tiempo después emprendían el viaje hacia Europa nuevamente. Por mucho que la División Pesquisas Especiales de Bombilla Tapada buscó no dio con el nombre del compañero de Serrano, pero sepan que se llamara como se llamase, no alcanzó a ver nuevamente España dado que murió en altamar.  

Carlos V
      La suerte de Pedro Serrano fue muy distinta o algo distinta. Su caso lo convirtió en una celebridad. Todas las cortes de Europa querían tenerlo como invitado para que contara su increíble aventura. El Emperador Carlos V quedó tan impresionado con su historia que le asignó una pensión vitalicia de 4.800 ducados. Después de hacerse pagar vermouths por todas las cortes europeas que lo quisieron recibir, Serrano decidió volver a la mar y radicarse en Panamá haciéndose girar los importes de su renta alemana que en la recientemente descubierta América lo convertían en millonario. No bien puso el pie en tierra americana nuevamente, procedió a morirse.



      Un periodista y escritor inglés tomó ambas historias y las fundió en una. De hecho existen pruebas que se encontró personalmente con Selkirk por lo menos una vez. Se trata de Daniel Defoe, quien además de tener una agitada vida política durante el siglo XVII es el escritor de la famosísima: "Vida, extrañas y sorprendentes aventuras de Robinson Crusoe" tal es el nombre original y completo del libro. La novela ha sido glosada en numerosas películas y series desde "Perdidos en el Espacio" el programa de TV en el que su protagonista Guy Williams lleva por nombre John Robinson hasta el enorme comercial de Fed Ex llamado "Náufrago" con Tom Hanks.




      A 130 kilómetros de las islas San Andrés, pertenecientes a Colombia, se encuentra el Cayo de Serrana. La isla más occidental del archipiélago Juan Fernández en Chile, lleva por nombre castellanizado Alejandro Selkirk. En tanto que la verdadera isla donde Selkirk pasó 6 largos años lleva el nombre de fantasía de Robinson Crusoe. Ese es el recordatorio que la geografía les ha reservado a los protagonistas, reales y ficticios de esta historia.  






      Rendimos entonces homenaje desde aquí tanto a Alexander Selkirk, a Pedro Serrano como a su anónimo acompañante, nosotros que no somos capaces de prender el fuego para el asado sin utilizar 2 litros de fuel-oil o lloramos desconsoladamente abrazados a la botella de cerveza si olvidamos el destapador en un camping.

Que anden bien. 


domingo, 7 de diciembre de 2014

Un Baile de Máscaras de Giuseppe Verdi. La censu.... no exis....

      Hay quienes gustan del cine de acción de Tarantino. Otros del humor intelectual y psicológico de Woody Allen. En otros casos la magia y fantasía de Spielberg o George Lucas. Quienes gustan del cine en general tienen sin dudas un director preferido o en todo caso tienen bien claro con que se van a encontrar de acuerdo al director que haya realizado la película a la que se van a enfrentar. Conocen que argumentos y temáticas son las preferidas de cada realizador y como suelen encararlos. Hay directores que prefieren los guiones originales y otros que toman como argumento historias ya escritas. En este último caso se debe realizar un arduo trabajo de adaptación dado que no es raro encontrar escenas que funcionan maravillosamente bien en el libro que son imposibles de llevar a la práctica en una película. Sea por que la idea literaria no se puede plasmar en imágenes, sea por costos, o porque es demasiado violenta o la razón que fuere, el director modifica el argumento original a fin de que su idea pueda llegar a buen puerto.

      Con las óperas pasa y pasó lo mismo. Wagner, Verdi, Puccini, Mozart fueron los Spielberg o Tarantinos durante los siglos pasados. Escribieron óperas cómicas, históricas, melodramáticas. A veces contrataron guionistas para sus guiones originales y otras tomaron historias ya existentes y adaptaron su longitud, personajes  y situaciones para hacerlas atractivas cantadas sobre el escenario. Hoy Bombilla Tapada trae el caso de una de ellas en las que las modificaciones al guión original se debieron a razones de censura política. Pasen y vean. No se permiten sacar fotos con flash ni ingresar a la sala con comestibles o bebidas.

Primero la historia verdadera:

Adolfo Federico
      A mediados del siglo XVIII dos partidos se disputaban el poder en la gélida Suecia. Aunque parezca raro uno de ellos se autodenominaba partido de los Sombreros (dado que sus miembros de identificaban con el sombrero tricorne de uso claramente militar). Y el otro era apodado por los "Sombreristas" como el partido de los Gorros (aunque sus propios miembros no le ponían nombre) en alusión a la flaccidez de los típicos gorros de dormir, esos cónicos con pompón. La cuestión es que entre ambos manejaban a todo el estado sueco, dejándole poco y nada para hacer al rey de ese momento Adolfo Federico de Suecia. 




Gustavo III
      Cuestión que el 12 de febrero de 1771 don Adolfo pasa a mejor vida y su lugar lo toma Gustavo III, su hijo. Gustavo no tenía ganas de ceder el poder real a la nobleza como lo había hecho su padre e intenta negociar con ambos partidos. A poco de andar se desayuna con que una reconciliación o coalición que lo ayude a gobernar era imposible. Por lo tanto metió presos a la mayoría de los integrantes del partido de los Gorros y a la totalidad de los consejeros del reino. El 21 de agosto de 1772 el parlamento votaba dócilmente una nueva Constitución Nacional que establecía poderes casi absolutos para el rey. 




      Como bien se sabe y pocas veces se recuerda: El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Conclusión: el gobierno de Gustavo se llenó de actos de corrupción y de denuncias de despilfarro económico. Para intentar revertir su mala imagen frente a sus súbditos intentó hacer la que hacen casi todos los gobernantes que están en esa situación: generó una situación bélica. Provocar la cohesión interna mediante la amenaza de un enemigo común, sea real o ficticio suele funcionar. Aprovechando que los rusos andaban a los sablazos contra los turcos, se le dio invadir Rusia dado que estos últimos no habían apoyado el viejo reclamo que Suecia tenía sobre territorios Daneses. Luego de batallas ganadas y perdidas, se firma la paz con Rusia en 1790. El rey era mucho más popular que antes ante su pueblo pero sus arcas públicas estaban debilitadas como nunca y los parlamentarios suecos lo sabían.

      Los acontecimientos revolucionarios en Francia, por esos días, le dan a Gustavo una nueva idea para ser aún más popular y lograr que Suecia tenga un papel central en la política europea. Encabezar una reconquista de los poderes reales en Francia. Habló al respecto con su reciente enemiga Catalina II de Rusia pero la idea no la sedujo demasiado. Hizo algún que otro intento con otras monarquías europeas pero tampoco tuvo éxito. Lo que el parlamento y los nobles suecos sabían claramente era que una nueva aventura bélica dejaría a Suecia directamente en bancarrota. Gustavo III se presentó ante ellos mostrando una actitud moderada y comprensiva cuanto menos de palabra. Algunos nobles muy radicalizados no lograron ser convencidos y comenzaron a tramar una conspiración que terminaría con Gustavo III fuera del gobierno...y de todo. Muerto, digamos.

      El 16 de marzo de 1792 se realizó un Baile de Máscaras en la Ópera de Estocolmo, una situación inmejorable para, amparados en los disfraces, atentar contra el rey manteniendo el anonimato. Y así ocurrió. Durante el baile, cinco figuras vestidas de negro rodearon al rey. Una de ellas, Jacob Anckarström , le disparó por la espalda y a quemarropa. El rey no murió en el acto sino que se tomó unos días previos de agonía. Diez y nueve días mas tarde entregaba la corona y el envase. Hasta acá la historia sueca que nos interesa.


Pasamos un rato por Italia (donde vive y trabaja la víctima de la futura censura) y vemos como está la cosa.

Giuseppe Garibaldi
      La Italia que hoy conocemos no era ni parecida a mediados de los 1800. Lombardía, Venecia, Parma, Módena, la Toscana, Los Estados Pontificios, Nápoles y Sicilia eran estados separados. Luego de una dificultosa serie de negociaciones que llevaron muchos años y mucha sangre, podría decirse que para 1870 las cosas, salvo algunas disidencias, estaba encaminada a que Italia tuviera la unidad territorial que todos conocemos hoy. Dentro de esa agitación política y militar, con Giuseppe Garibaldi (que supo pasearse por nuestras tierras e intervenir desde Montevideo en batallas nuestras) como héroe nacional  aparece nuestro protagonista de hoy.

Y ahora la historia de la ópera en cuestión:

Giuseppe Verdi
      Giuseppe Verdi era para ese entonces un tipo famoso como los directores de cine que nombramos al principio. Ya en 1842, en medio de la efervescencia nacionalista, había estrenado la ópera Nabucco, basada en Nabucodonosor, gobernante de Babilonia. Allí, durante el tercer acto, los judíos esclavos de Nabucodonosor cantan un himno que ha sido bautizado con las dos primeras palabras de su primer verso: Va, pensiero (Va, pensiero, sull`alli dorate/ Vuela, pensamiento, sobre alas doradas). Quienes buscaban la unidad nacional tomaron el tema como himno propio en referencia a la libertad y lo llenaron de una carga política que originalmente no tenía. Por otra parte en muchos rincones de Italia, a modo de graffiti aparecía escrito el apellido de don Giuseppe: VERDI como acrónimo secreto de Vittorio Emmanuele Re D`Italia utilizado por los partidarios del Resurgimiento, como se llamó a la unificación en memoria de los viejos tiempos del imperio romano. Por voluntad propia o por casualidad las óperas de Verdi eran interpretadas con segundas lecturas.

      La cosa es que a mediados de 1857 como dijimos antes, el Teatro San Carlos de Nápoles le encarga a Verdi una ópera para ser estrenada en los carnavales del año siguiente. La intención de Giuseppe era trabajar en un libreto de Antonio Somma sobre El Rey Lear de Shakespeare. El libreto, si bien le gustaba a Verdi, era larguísimo. No creía poder cumplir con los tiempos para componer la música antes de la fecha límite. Por lo tanto Verdi le preguntó a Somma si no tenía por ahí traspapelado algún otro libreto disponible pero más corto. Somma le dijo que sí y le alcanzó la carpeta con el argumento de Gustavo III, que trataba ni más ni menos que de la historia más arriba desarrollada. Agregaba algunos elementos de fantasía como un amigo que sabía de la conspiración para matar al rey y trata de alertarlo sin éxito, un amor prohibido del mismo Gustavo (enamorado de la mujer del amigo que lo advierte), una adivina que ve el futuro, pero esencialmente el libreto trata del asesinato de Gustavo III de Suecia. De hecho ese era el nombre inicial escogido para la obra.

      Verdi se puso a trabajar de inmediato en la música. Uno de los pasos previos para que la ópera pudiera estrenarse era el visto bueno de los censores de Nápoles, ya que ahí se iba a ejecutar. Pero, los censores no  se lo dieron. ¿Por que?

Stettin
     La primera objeción era que no se podía poner un rey en escena y mucho menos matarlo en el contexto político de la Italia de ese momento. Había que cambiar nombres, para que no se notara que se estaba hablando de un hecho real y obviamente situar la acción en otro lugar geográfico. Para empezar Gustavo III de Suecia se convirtió en el Duque de Pomerania, una región al norte de Alemania. Su asesino Jacob Anckarström pasó a ser el Conde Renato, perdiendo así su claro sabor nórdico. El lugar donde la acción se desarrollaba al fin, no era Estocolmo como en el libreto original sino la ciudad de Stettin en la actual Polonia. 

      Verdi, a regañadientes siguió adelante con la obra, trabajando ahora codo a codo con Somma quien debía corregir y revisar todos los textos. En principio se convino que la opera pasara a llamarse Una venganza en Dominó (Una Vendetta in Domino) en reemplazo de su nombre original que ya no significaba nada. Para la Navidad de 1857 la partitura estaba completa y se disponían a comenzar los ensayos, pero...

Napoleón III
      Napoleón III, emperador de Francia y último monarca de ese país apoyaba en principio al movimiento nacionalista italiano pero tuvo reparos en cuanto a los Estados Pontificios. Es que el Papa no quería perder la autonomía de los territorios que gobernaba a manos del nuevo gobierno italiano y para no enfrentarse a los católicos franceses, Napoleón se puso del lado pontificio. Algunos italianos toman esto como una traición y 3 de ellos pretendieron demostrárselo matándolo en París. Afortunadamente para Napoleón III, no lo lograron.





Boston

      Los censores napolitanos llaman entonces nuevamente a Verdi para sugerir nuevas correcciones. La opera no puede contener ninguna referencia a ningún lugar del territorio europeo. A Giuseppe se le sube la tanada y rompe el contrato con el Teatro San Carlos. El empresario amenaza con demandarlo. Al poco tiempo todos se tranquilizan. Verdi acepta que Gustavo III no solo no transcurra en Suecia sino que ni siquiera se sitúe en Europa. Así el rey de Suecia pasa de ser el Duque de Pomerania a ser el gobernador británico del estado de Boston en los Estados Unidos llamado Riccardo, Conde de Warwick. La adivina que advierte originalmente al rey del peligro que corre deja de llamarse con un nórdico Ulrica y es rebautizada Madamme Arvidson. La única que conserva el nombre original es Amelia, la enamorada de Gustavo que continúa llamándose así aún cuando termina siéndolo de Riccardo. Finalmente el nombre elegido para la ópera es "Un Baile de Máscaras".

      Después de tantísimas vueltas y con las relaciones entre Verdi y el teatro de Nápoles bastante averiadas, Un baile de máscaras se estrena el 17 de febrero de 1859 en el teatro Apollo de Roma

      A modo de revancha contra la censura, en 2002 se reconstruyó mediante un delicado trabajo, lo que se cree que es la partitura y libretos originales de la ópera con la que empezó esta historia. Se representó bajo el nombre original de Gustavo III en la Ópera de Gotemburgo en Suecia. 

     Para los que nunca se acercaron a la ópera, para ir terminando y a modo de vermouth les dejo el pedacito de Nabucco al que hacíamos referencia por ahí (Y más aún para los que le gusta la ópera). El 27 de enero de 1901 Verdi murió en Milan. La gente se congregó en las calles al paso del cortejo. Espontáneamente, allí por donde pasaba, sonaba este coro que está por aquí abajo:




Que anden bien