jueves, 31 de enero de 2013

Para insectos vagos: la abeja

      Amueblados de buenas intenciones, nuestros padres y maestros nos transmiten nuestros primeros conocimientos en nuestra tierna infancia. Bastante antes de recibir los primeros conceptos académicos del tipo leer y escribir, se nos inyectan, a modo de fábula, ciertas nociones de intención moralizante. Que la vaca nos da la leche. La oveja hace lo propio con la lana. Que la hormiga trabaja durante el verano mientras que la cigarra malgasta su tiempo cantando en lugar de forjarse un futuro mediante el cual sobrevivir al invierno y que las abejas son muy trabajadoras. 

         Mas tarde deberemos reponernos de la decepción de caer en la cuenta que ni la vaca nos DA la leche ni la oveja nos DA la lana sino que a ambas se las quitan por la fuerza ( y ni hablar de la carne de ambas). Que en realidad a la cigarra la contrató un productor discográfico y se está dando la gran vida durante el estío boreal cantando en teatros de Marbella e Ibiza mientras la hormiga se debe contentar con comer las porquerías que ha juntado durante el verano anterior. La única que resiste al mito infantil es la abeja. Van y recogen polen y néctar. Fabrican cera para construir sus panales y además los llenan de riquísima miel de la que vilmente nos aprovechamos. Era hora de que alguien con el coraje suficiente venga a derribar ese último mito, demostrando que la construcción de sus panales en esa extravagante forma hexagonal tiene por objeto...trabajar lo menos posible. Lo lamento pero es tiempo de revelar unas cuantas verdades, aunque duelan.

         Supongamos que debemos diseñar un recipiente para almacenar, digamos miel (para que coincida con el ejemplo pero sirve para cualquier otro líquido). Inmediatamente, lo primero que se nos ocurre es algo así como un frasco o una lata. Geométicamente hablando un cilindro. Listo, casi perfecto. Poco material, buena (óptima) distribución de las tensiones internas, todo parece funcionar a la perfección. De hecho, desde las pequeñas latas de extracto de tomates hasta los enormes silos para almacenar toneladas de granos pasando por garrafas o botellas de bebidas varias todos tienen forma más o menos cilíndrica.

         Pero, como siempre que parece que tenemos todo resuelto de manera rápida, ocurre que nos estamos olvidando de algo. Y este caso no es la excepción. El lugar en el panal es limitado y no podemos darnos el lujo de desperdiciar espacio. Cuando abrimos una caja de latas de tomates, o una caja de vinos o de cualquier cosa que se envase en recipientes cilíndricos nos vamos a encontrar con que sobra espacio entre medio. No hay manera de optimizar ese espacio de modo que no queden huecos y aún los empaquetamientos más eficientes sólo logran cubrir aproximadamente un 75% del la volumen, dejando un cuarto de ella vacía. A esta altura la abeja reina nos mira con cara de pocos amigos.

         Busquemos otra solución. Hagamos prismas (cajas) de base, o bien triangular, o bien cuadrada o bien hexagonal. Si las hacemos todas iguales y las acomodamos convenientemente no vamos a dejar superficie libre y al fin y al cabo no vamos a almacenar tanta miel como para que el tema de la presión interna nos rompa los recipientes. Ahora tenemos 3 soluciones posibles en las cuales utilizamos al máximo la superficie disponible. ¿Por cual nos decidimos?

         Todo va a depender de cuanta cera vayamos a usar (recordemos que somos abejas) ahora tendremos que construir paredes que nos delimiten un recipiente de 3, 4 o 6 lados. Hagamos lo siguiente para poder comparar cual nos conviene. En lugar de medir el largo de las caras, hagamos "cajas" en la cual el perímetro sea igual de modo que no importe cuantos lados tenga, gastemos la misma cera. Pongamos por caso que la suma de las caras siempre de 12 (dado que es divisible por 3, 4 y 6 o sea el número de caras). Entonces si hacemos caras para el triángulo que midan 4 (4 lo que sea: milímetros, metros o unidades abeja, da lo mismo) o caras de 3 unidades para el cuadrado o caras de 2 unidades para el hexágono nuestro perímetro siempre dará 12 y estaremos gastando la misma cantidad de cera y no dejaremos ningún hueco vacío. ¿Me siguen?

        La primera vuelta de cera nos va a delimitar la superficie de la base de la caja y este dato es fundamental para calcular el volumen de miel que podremos almacenar en cada celda individual. En estas condiciones, nuestro triángulo de lado 4 tendrá una superficie de 6,9 unidades; nuestro cuadrado de lado 3 una superficie de 9 unidades y el hexágono de lado 2 una superficie de 10,4 unidades. Cuando nuestra abeja haga crecer las paredes hacia arriba, todas de la misma altura, el recipiente que podrá almacenar más miel es es hexagonal.

           Casi como conclusión llegamos a la siguiente demostración: las celdas hexagonales son la forma más eficiente de empaquetar poliedros sin dejar superficie libre y optimizando el volumen de miel a almacenar gastando la mínima cantidad de cera. Allá por los 1700 lo descubrió y demostró Colin Mc Laurin un matemático ingles colega de Isaac Newton que nos dejó una célebre serie (no, no es Dr House) matemática. A todo esto, las abejas lo sabían desde el principio de los tiempos sin saberse que, a la fecha, ninguna haya cursado siquiera un curso de matemáticas básicas.

           Todo esto para llegar a comentarles que en definitiva, el usar menos cera, no demuestra que las abejas sean geniales en el diseño de sus panales sino que simplemente quieren trabajar lo menos posible para construirlos. Este tramposo himenóptero nos ha tenido engañados durante todo este tiempo. 


     

domingo, 27 de enero de 2013

Sanos consejos para jóvenes cineastas

       El ejercicio de disciplinas artísticas está reservado solo a unos pocos, desafortunadamente. Algunos tocamos la guitarra o componemos modestos versos con palabras que riman con corazón o quizá enchastramos una cartulina con temperas logrando algo que, con algún esfuerzo pueda reconocerse como un paisaje nevado. Pero, lamentablemente eso no es arte con mayúsculas. Como decía más arriba, el ejercicio del arte está reservado solo a unos pocos afortunados. Durante mucho tiempo se sostuvo que la ópera constituía en mayor ejemplo de concurrencia de varias artes al mismo tiempo en un solo acontecimiento. De hecho en la ópera hay principalmente música y canto, poesía en las letras, danza, artes plásticas en los decorados y escenografía, diseño de indumentaria en los trajes, literatura en el argumento y más. Por desgracia éste género artístico nunca fue todo lo popular que uno pudiera pretender, en su mayor parte por el hecho de ejecutarse en vivo en teatros especialmente acondicionados para tal fin. Sin embargo, desde hace algo más de un siglo otro género artístico muchísimo más popular ha tomado la posta reemplazándolo como acaparador de la concurrencia de varias artes individuales al mismo tiempo: El cine. 

         De hecho en el cine hay comedia y tragedia. Música y hasta poesía en las composiciones de fotografía.   Cierta coreografía en las escenas de luchas y persecuciones. La iluminación y el uso del color lo acercan a las artes plásticas convencionales. Finalmente, los diálogos, el argumento y el guión constituyen un claro ejemplo de literatura.  

         Es por eso que, humildemente, esta vez Bombilla Tapada pone a disposición del joven cineasta principiante, una serie de consejos para que su realización cinematográfica no desentone con el resto de modo que su ópera prima semeje la de los realizadores consagrados. Un catálogo de escenas y situaciones que no deben faltar en su película (convenientemente separadas por género) y que si bien no garantizan el éxito de por si, harán que nadie note que es usted un recién llegado al mundo del 7º arte. Los invito a pasar, tomen lápiz y papel. Luz, Cámara  ¡Acción!

Película de Acción / Policial.

             Si el protagonista es policía, debe tener un compañero que sea su antítesis. Si él es veterano y poco apegado a las normas su compañero debe ser un novato con respeto absoluto por los reglamentos y leyes. En algún momento, por su poco interés en atenerse a las reglas e instrucciones de sus superiores, su jefe le pedirá la restitución a la fuerza de su placa identificatoria y su pistola. Recién ahí el veterano resolverá el caso.

             En cambio si el protagonista no pertenece a las fuerzas oficiales sino que es un detective privado, su oficina debe ser sombría y oscura. Sus papeles tienen que estar en desorden y su vida sentimental debe ser complicada. Debe estar separado o en proceso de hacerlo. 

             Tenga en cuenta que si va a incluir en la trama la aparición de una pareja de gemelos idénticos, uno ha de ser bueno y otro malo.

              En cualquiera de los casos, el protagonista promediando la película debe entrar a un bar o volver a su casa e inmediatamente al sentarse en el sillón o la barra según sea el caso y encender el televisor un presentador de noticiero dará novedades sobre el caso que está investigando. En alguna escena, algún interrogatorio informal debe realizarse en un bar donde, de fondo haya una señorita bailando en el caño.

             Una vez que el bueno haya descubierto qué trama el malo y lo persiga no debe Ud. olvidarse de las siguientes imprescindibles escenas: Si el policía / detective persigue al delincuente en taxi ha de conseguir uno vacío con sólo levantar la mano de manera inmediata. Al llegar a donde sea, haya realizado un viaje de 2 cuadras o de 14 kilómetros el dinero que saque de primera intención de su bolsillo será el exacto a no ser que se exceda por unos centavos, ocasión en la cual recitará el siguiente inciso: "quédese con el cambio". Si por el contrario utiliza su propio automóvil (o el de la fuerza a la que pertenece) habrán indefectiblemente los siguientes escollos: una gran cuneta, que el automóvil saltará eficientemente enfocado desde un plano más bajo que la línea de los neumáticos; un carrito de vendedor ambulante que el vehículo chocará sin daños a su propietario pero que desparramará todo su contenido (no importa el lugar del planeta ni la estación del año, siempre vende melones)  y un bar con mesas en la calle, cuyos ocasionales ocupantes saltarán atléticamente esquivando el móvil y que éste último atropellará revoleando sillas y mesas por los aires y dos operarios transportando a pulso una gran lámina de vidrio. Finalmente, si la persecución llegara a salir de la zona urbana proyectándose hacia la carretera, habrá un precipicio, así sea que la acción se desarrolle en Los Alpes o en La Pampa.

           Finalizada la persecución el villano llegará a algún edificio y el policía / detective conseguirá estacionar el vehículo en la puerta misma del inmueble. Luego la persecución interna llegará hasta la terraza, siempre.

          Si ocurren (y es conveniente que ocurran) roturas de vidrios, explosiones de vehículos o inmuebles o algo o alguien que se precipita al vacío, estas escenas deben ser vistas en cámara lenta.

          Es de buen gusto que el villano ponga broche de oro a sus malas acciones mediante la activación de una bomba. Por alguna disposición de algún organismo desconocido, las mismas deberán contar con un display digital con números rojos (se admite el verde en el peor de los casos) que irá en cuenta retrógrada. El villano tendrá la amabilidad de iniciar la cuenta con tiempo suficiente como para que el héroe llegue a tiempo desde donde esté. Debe agregarse, además, que el artefacto explosivo en cuestión tendrá por lo menos dos cuerpos que estarán unidos uno al otro por cables de distinto color. Usualmente deberá cortarse el rojo. Antes de activarla, el pérfido criminal tendrá la cortesía de explicarle con lujo de detalles sus planes futuros al policía/detective a fin de que éste sepa a donde dirigirse una vez desactivada la bomba de referencia.

           Por más tropelías que el malo haya cometido durante el desarrollo del film, la pelea final será mano a mano (y alguno de los protagonistas de la misma lo propondrá en castellano aunque la película sea hablada en inglés. "manou ai manou") y si eventualmente los villanos actuaran en pandilla atacarán de a uno, esperando su turno al rededor del héroe en lugar de atacarlo en grupo.

           Finalmente, una vez superados los escollos de la trama, el policía/detective que ha sufrido golpes, puñaladas, quemaduras, caídas y demás magrullones estoicamente, sufrirá horrores cuando la chica linda de la película le limpie las heridas con alcohol.

Película Bélica

          En cualquier batalla se puede sobrevivir a no ser que uno muestre la foto de sus hijos y su esposa o de su novia que lo espera en Arkansas (o Michigan u Ohio). En ese caso lo aguardan no más de 20 minutos de sobrevida

           Una vez que el compañero del protagonista haya muerto lentamente (es de muy buen gusto que le salga sangre de la boca) éste último , que ha sobrevivido , sufrirá un acceso de furia y tomará su arma (de preferencia una ametralladora) saliendo de su trinchera al grito de: Malditos...(amarillos, japoneses, alemanes o quien corresponda) y matando a unos cuantos en venganza. Normalmente el amigo morirá con los ojos abiertos y el protagonista se los cerrará con la palma de su mano.

           No hace falta saber alemán para pasar por soldado alemán. Cualquier soldado norteamericano con uniforme alemán, hablando ingles con acento alemán puede hacerse pasar exitosamente por teutón.

           Por más que la guerra venga durando años y años las mujeres tendrán tiempo para afeitarse las axilas y cuidar de su dentadura.

           Si el protagonista cae prisionero, su guardián será sádico. Si entre los presos hay un negro (en todo pelotón ha de haber uno) éste sabe tocar la armónica. Mientras están presos, la comida que reciben es una especie de polenta blanquecina, cuando están combatiendo la comida viene en latas y siempre son frijoles.

Películas varias (Ciencia Ficción, Terror, Piratas, etc)

           En las películas de terror basta con que alguien indique que algo no deba hacerse para que alguien lo haga (no leas ese libro, no abras esa puerta, no subas por esa escalera) generalmente ante el menor ruido lo primero que hacen es ir a investigar a pesar de que sea de noche y no haya luz (al sótano, al ático, al bosque) es de buen gusto que se disponga que la investigación sea realizada por señoritas de buen ver en ropa interior o similar. Justo antes de que el villano amasije a su nueva víctima, saltará un gato desde la oscuridad y cuando todos se relajen (es sólo un gato) ocurrirá la carnicería. 

        Se procurará que todo el terror ocurra durante la noche y haya una impresionante tormenta. El malvado estará oculto en las sombras y se verá únicamente cuando un relámpago lo ilumine. Si el monstruo de la película es acuático hundirá, tomándola por sus pies, a la chica más hermosa del grupo mientras toma un inexplicable baño nocturno en aguas de un lago o el mar. Si el terror es terrestre, el primer occiso ha de ser un negro. Se tendrá la precaución de que el malvado asesine a sus víctimas de a uno. 

       Es bien recibido el hecho que, la primera muerte del villano sea solo aparente. Mientras los sobrevivientes festejan la buena suerte de haberlo matado, éste se pondrá de pié y se cargará a un par más. Si se vislumbra la posibilidad de rodar una secuela, puede abrir un ojo justo antes de que comiencen los títulos finales.
                  
             Si se trata de un film de Ciencia Ficción y este tiene como argumento una invasión extraterrestre o una catástrofe atmosférica, climática o geológica, siempre ocurrirá en los Estados Unidos. Quien finalmente resuelva todo será alguien cuya opinión fue ridiculizada durante los primeros minutos de la película. La clave para la resolución siempre estará en manos de los Yankees. Todos los aliens, vengan de donde vengan hablan en ingles. Las claves de los programas pueden desencriptarse como mucho al tercer intento y el acceso correcto es anunciado de manera oral por una voz femenina. Será mejor recibida por la audiencia si la clave es descubierta por alguien que no supera los 15 años. Las pantallas de las computadoras habrán de iluminarse tanto que su luz se reflejará en el rostro de quien las opera. Si tiene que escribir rápidamente en el teclado no es necesario usar la barra espaciadora para nada. Dentro de las naves espaciales hay gravedad y llegado el caso de combate en el espacio, la nave alcanzada explotará aún en ausencia de oxígeno como si funcionara con kerosene.

              El malo de las películas de espadas, piratas o medievales ha de ser un noble odioso. Todos llevaran dentaduras muy blancas y completas y cabellos limpios. El héroe, a diferencia de las películas de acción situadas en la época actual, es atacado por varios espadachines simultáneamente y logra deshacerse de todos. En algún momento las espadas deben quedar cruzadas por su empuñadura y los rostros del villano y del héroe deben estar a centímetros uno del otro. Allí el malo debe decirle algo infamante al bueno. Se separarán y seguirán peleando. Es bien recibido por la audiencia si el villano rasga la manga de la camisa del héroe y mana algo de sangre. No está mal que el canalla cargue sobre sus espaldas la muerte anterior del padre del héroe. 

            Último consejo para iniciar una carrera cinematográfica exitosa: no importa si se trata de la vida de un poeta tuberculoso viviendo en una pensión mugrienta o de una joven noble recién casada con un millonario alojada en el Hotel Latour Maubourg, si la acción transcurre en París, desde cualquier ventana puede verse la Torre Eiffel.

            Que tengan suerte y nos vemos en la entrega de los Oscar.

      

  
             



           

             






domingo, 20 de enero de 2013

Soooomos los piraaatas.....

     

        Hay que reconocerlo, los tipos manejan su negocio a la perfección. Han hecho que uno sienta pena y hasta llore por un extraterrestre panzón y deforme, con dedos luminosos y cara de tortuga. Se ponga contento cuando un dinosaurio cacha del cogote a un pobre cristiano (en verdad era bastante odioso, pero deberíamos estar del lado del humano. ¿No?) en pleno ejercicio de sus deposiciones fisiológicas. Nos parezca adorable un gorila gigantesco enamorado contra natura de una fémina humana o nos terminen pareciendo simpáticos unos sanguinarios mafiosos ítalo - norteamericanos. En función del espectáculo, Hollywood ha deformado, falseado y re interpretado casi cualquier acontecimiento, biografía o época histórica. Para ejemplos locales, tanto en la ópera como en la película, Eva Perón está acompañada de alguien que figura como el Che, cuando entre ellos no se conocieron y la misma Eva renuncia a la postulación a la vicepresidencia desde un balcón distinto al que lo hizo en realidad, sólo porque quedaba mejor la Casa Rosada que el Ministerio de Obras Públicas.

        Desde que se puso en funcionamiento la maquina de producir espectáculo los tipos descubrieron rápidamente que era lo que más atraía. Y desde la antigua Roma para acá, por mucho que nos esforcemos en parecer mejores, la violencia y el sexo ocupan los primeros dos lugares, seguidos de muy lejos por la ternura, el amor y la rectitud. Es que sin el lobo, el cuento de Caperucita no le llama la atención ni a un niño de 3 años y hasta las películas más moralmente edificantes tienen un crucificado y tanto mejor cuanto mas explícita y sangrienta sea la escena en cuestión.

           Allá por los años 20 del siglo pasado la cosa se les estaba yendo de las manos. Muchos productores habían descubierto que la antigüedad clásica les daba, además de argumentos ya escritos, muy buenos pretextos para mostrar danzas sensuales, cortesanas ligeras de ropa y luchadores forzudos para la platea femenina. A fin de ponerle límites a lo que se exhibía en pantalla un senador republicano (cuando no) redactó un código que pasó a la historia con su apellido. El Código Hays. El código lo prohibía casi todo. Los triángulos amorosos, los desnudos, la violencia explícita, los insultos y demás. Si se cometía algún delito en la trama de la película (o un adulterio) éste tenía que ser debidamente castigado y no podía quedar como un hecho simpático. Hasta las heridas estaban prohibidas, y cualquiera de nosotros puede recordar películas de pistoleros en blanco y negro en las cuales las víctimas caían al suelo luego de un disparo inexplicablemente carecientes de sangre alguna en sus ropas. A pesar de lo estricto del código un único género cinematográfico  atravesó toda la vigencia del Código Hays (duró hasta 1967) sin sufrir mayores sobresaltos. Las películas de piratas. 

            Es que los piratas del cine son seres simpáticos, glamorosos, románticos, caballerosos, valientes y hasta se diría que virtuosos. Desde 1921, se están filmando películas que los tienen como protagonistas pero la que abrió el fuego al género fue "Capitain Blood" en 1924. De allí en adelante hasta Disney ha rodado una serie de películas que los tienen como protagonistas y en la actualidad, un par de dibujos animados destinados a la más tierna infancia tienen como tema las aventuras de estos marinos. La misma Disney, que ha logrado que una rata nos caiga simpática nos impuso un Jack Sparrow, pirata que, de comportarse como un verdadero representante de su profesión, trataríamos de mantener lo más alejado posible de nuestros hijos. Sin embargo los llevamos al cine gustosos y no sentimos ningún arrepentimiento en que nuestra prole sea engañada inocentemente dado que la verdad es que los piratas ( y otros sub géneros del oficio) eran criminales despiadados y sangrientos, auténticos delincuentes de las aguas y sádicos sin misericordia alguna. 

            Vamos a ver:

            El origen del nombre tiene 2 explicaciones posibles. O bien viene del griego Peirates (algo así como buscar fortuna dedicándose a la aventura) o bien viene del también griego Pyros (fuego) en alusión al método que estos simpáticos muchachos utilizaban para no dejar rastros de sus tropelías, incendiando los despojos del barco atacado. Lo cierto es que nuestros amigos eran básicamente ladrones, chorros, cacos, rateros, chorizos, atracadores o cualquier otro sinónimo que gusten ponerle. Y no tenían ningún tipo de miramientos en matar a todo el que se le pusiese delante, a excepción claro, de aquellas personas por las que pudieran pedir un rescate. (agreguen secuestradores a la lista). De hecho, originalmente la bandera era roja (probablemente en alusión a la sangre) o bien negra. Los agregados de calaveras, huesos o espadas servían para infundir terror de sólo vislumbrar uno de sus barcos cerca. Existía hasta no hace demasiado tiempo una suerte de conducta caballeresca aún en medio de guerras declaradas. Se cuenta en los partes de guerra de Manuel Belgrano que, antes de la batalla de Salta, don Manuel hizo celebrar misa y el ejército realista aguardó respetuosamente que esta concluyera antes de dar inicio a la contienda. En diciembre de 1914, en plena Primera Guerra Mundial, los combates se suspendieron en navidad, a pesar de lo cruel de las batallas. En cambio, nuestros simpáticos émulos de Capitain Blood utilizaban esa bandera a modo de advertencia de : "No doy ni pido cuartel". Esto viene a ser una especie de "Pido gancho" en el que alguno de los dos contendientes puede rendirse de manera de evitar seguir teniendo bajas o destrozos en caso en que note que esta siendo indefectiblemente derrotado. Los piratas no aceptaban ningún tipo de rendición del enemigo ni la propia. Peleaban hasta el final, vencedores o derrotados. 

           Las películas los muestran en barcos armados con cañones. Cuando todos los barcos de guerra los utilizaban para provocar roturas en el casco enemigo, los piratas los apuntaban a los mástiles. Lo que buscaban era que el barco atacado no pudiera escapar pero evitando que se fuera a pique. Como ladrones que eran, lo último que les interesaba era perder la carga del barco asaltado en el fondo del mar. De modo que las armas más utilizadas eran las blancas. Puñales, espadas, ganchos, hachas de abordaje y demás linduras eran los implementos preferidos de nuestros amables amigos para sus asaltos. Como dentro de los códigos internos se imponía la prohibición de tener mujeres o niños a bordo, en el caso de que algún desdichado perteneciente a alguna de estas dos categorías tuviera la mala fortuna de viajar en un barco atacado por piratas, estos probaban en carne (y cuello) propia lo afilado de los puñales de nuestros caballerosos marinos a no ser que la fortuna estuviera de sus lados y el barco se encontrara cerca de algún puerto hospitalario, caso en el cual eran vendidos como esclavos. Una joyita.

          La imagen de la Isla del Tesoro tiene algo de realidad y algo de mito. Los barcos de madera necesitan  un importante mantenimiento para prolongar lo más posible su vida útil. Periódicamente hay que eliminar incrustaciones calcáreas y moluscos varios que se adhieren a la base del casco y le restan velocidad y además debe mantenérselo libre de entradas de agua, mediante un procedimiento llamado calafateado, para que en lo posible siga flotando. Estos trabajos llevaban bastante tiempo y no se los podía realizar en mar abierto. Debían buscar algún lugar aislado de las rutas comerciales (si los encontraban les daban el mismo tratamiento que ellos a sus víctimas) y las islas desiertas y alejadas de la mano de Dios eran ideales para estos fines.

         Otra imagen que era mitad cierta, mitad mito es la del pirata vestido de encajes y perfectamente rasurado tipo Errol Flynn. Es verdad que algunos, muy contados, hacían de su aspecto personal un culto como Jack Rackham llamado Calicó Jack por su pasión por vestirse de pies a cabeza con ropa confeccionada con una tela de algodón estampada llamada "calicó" carísima en su época. La verdad es que la vida a bordo hacía imposible que el aseo personal se pareciera ni un poco a lo que se ve en los films. Por otra parte las constantes batallas los dejaban sin un ojo, una mano o una pierna, con cicatrices y discapacidades. La mayoría sufría de escorbuto, una enfermedad causada por la falta de vitamina C debida al escaso consumo de vegetales frescos. Por otra parte la costumbre de gastar parte de los botines obtenidos en los prostíbulos del puerto más cercano los hacían presa fácil de múltiples enfermedades venéreas. Así el famoso Francis Drake murió a los 53 años de disentería. Baba Aruj, conocido como Barbarroja murió en batalla a los 45. Henry Morgan (el famoso pirata Morgan) murió de vaya uno a saber que en Jamaica a los 53. Francoise L`Olonnais, el más ilustre de los franceses no vivió más allá de sus 41 terminando como almuerzo de los indios antropófagos de la tribu Kuna, cercana al lago Nicaragua.

             La última aclaración. Piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros eran básicamente la misma escoria. El pirata era libre, robaba para sí, no tenía ningún tipo de protección. Si lo agarraban, comúnmente lo colgaban en la plaza pública a modo de escarmiento. El corsario, en cambio obtenía un documento de parte de un gobierno (mayormente en inglés. ¿Quién otro sino?) lo que le otorgaba protección en los puertos bajo el dominio del gobierno que le había otorgado la llamada "Patente de Corso" y de ahí el nombre. Estaban obligados a entregar un porcentaje de los botines obtenidos a cambio de dicha protección. En idioma caribe, la parrilla donde se pone carne para ahumar lleva por nombre "bucán". Muchos bucaneros (que eran los que preparaban y vendían la carne ahumada a las tripulaciones de los barcos, inclusive a los piratas) aprovechaban la cercanía con los piratas y decidían, digamos, ampliar el negocio. Para cerrar, los filibusteros  operaban sólo en el caribe y no solían salir a mar abierto sino que su principal objetivo eran las localidades costeras. Aparentemente su nombre proviene de la deformación del término Fly-boat que denominaba al tipo de embarcación que acostumbraban a utilizar. 

            En resumidas cuentas, si un niño pidiera como regalo de cumpleaños el kit de asaltante de bancos o una foto autografiada del Gordo Valor, lo llevaríamos al psicólogo alarmados y sin embargo posaremos nuestras asentaderas mansamente en la butaca del cine a ver Piratas del Caribe XVII mientras a Johnny Depp le dé el cuero. 

           




           

domingo, 13 de enero de 2013

Genes, perejil y soja. Bañado en Glifosato


Ante todo, buenas tardes.

                Lo primero que tengo para decirles es que este post es informativo. No pretendo abrir juicios de valor ni llegar a conclusiones categóricas. Ocurre que muchas veces cuando las cuestiones son de índole tecnológica uno no cuenta con la información suficiente y mi intención es recopilarla y brindarla de modo que las conclusiones corran por vuestra cuenta.

                Lo segundo es que, pasamos un rato por el laboratorio de química y después pónganse las bombachas batarazas y las botas de potro que nos vamos para el campo.

                Uno, a veces tiene esos arranques ecológicos naturistas y entonces va al vivero, compra un macetón plástico, una bolsa de tierra y un sobre de semillas de perejil y, sintiéndose todo un granjero se arma su propio almácigo con el propósito noble de que las próximas provenzales tengan auténtico sabor casero. Pero a los pocos días, mitad por impericia mitad por la propia perversidad de la Madre Naturaleza, comenzamos a verificar que aquello que comienza a crecer en nuestra maceta poco se parece al perejil y mucho a un yuyo cualesquiera. Y peor aún, a lo largo de la semana que tarda efectivamente en brotar nuestra siembra, un buen número de yuyos de porquería han colonizado buena parte de nuestra huerta de cabotaje. Paciencia en mano, es hora de quitar aquellos pastos informes para que nuestro perejil surja en todo su esplendor y no tenga competidores en el modesto ámbito de nuestro balcón. A lo largo de la vida de nuestra humilde plantación deberemos repetir esta operación varias veces porque, en cuanto uno se descuida, otra vez los pastos oportunistas nos usarán nuestra tierra abonada con sus pérfidos propósitos. Ahora bien. ¿Se pusieron a pensar el laburo que cuesta semejante cosa en un campo de varias hectáreas? ¿Imaginan lo dificultoso que habrá de ser mantener a raya otras especies para que nuestro esfuerzo se enfoque sólo en el crecimiento de nuestros tomates (o arándanos, o trigo o lo que fuere)?

                Los compuestos químicos de los que estamos construidos las plantas, los animales y obviamente también nosotros son realmente muy complejos. Y lo más penoso es que los animales (nosotros inclusive) solamente podemos armar algunos de ellos eso siempre y cuando contemos con las piezas fundamentales para ensamblarlos. Los únicos que pueden construir todo lo que necesitan a nivel químico para vivir  partiendo de algunos compuestos muy sencillos presentes en el suelo, son los vegetales. Una de las familias de moléculas más complejas y fascinantes son las proteínas. Ahí vamos…

                Las proteínas están compuestas así como las cadenas reales, de eslabones llamados aminoácidos. Hay unos 20 aminoácidos que, combinados, dan un número infinito de combinaciones posibles. Cada proteína cuenta con una precisa combinación de más de 100 (como mínimo) aminoácidos por cadena. Y para complicarla aún más, no solo es importante la secuencia sino que también y debido a ésta, la proteína se “retuerce” de una forma particular como consecuencia de la secuencia de aminoácidos con la que está construida. Un aminoácido incorrecto y chau, al demonio con la función de la proteína. El tema es que nosotros animales no podemos fabricar aminoácidos. Sólo podemos ensamblar las cadenas comiendo proteínas, cortándolas convenientemente y volviendo a ensamblar la cadena que nos hace falta. Un humano necesita de unas 30.000 proteínas distintas para funcionar, algunas tan esenciales como la hemoglobina, encargada de transportar el oxígeno al interior de nuestros cuerpos y llevarse el dióxido de carbono de camino a la nariz.  Los únicos seres vivos con capacidad para fabricar los aminoácidos son los vegetales. Aun los que miran con desdén un bol de ensalada, dependen de que una vaca, un cordero o lo que fuere que nos comamos, haya fabricado sus propias proteínas comiéndose previamente a algún vegetal y previo despanzurre de las proteínas de la planta, haya fabricado sus propias cadenas.

                Tan lejos como 1970, se descubrió una sustancia llamada aminofosfonato. Como es de la familia de la glicina (uno de los aminoácidos naturales) tomaron un par de sílabas de cada parte y le pusieron un nuevo nombre: Gli (por glicina), fos  (por fosfato) y ato (por la terminación que le corresponde por nomenclatura química) y así nació lo que conocemos como glifosato. Pero ¿Por qué es tan famoso? ¿Qué es lo que hace el dichoso glifosato? En resumidas cuentas, el glifosato impide que las plantas puedan sintetizar tres de los 20 aminoácidos. Cuando en el medio interno de una planta hay glifosato, ésta no puede fabricar ni fenilalanina ni tirosina ni triptófano. Al carecer de esos tres aminoácidos la planta está imposibilitada, como ya sospecharán, de construir cualquiera de las proteínas que los llevan como componentes y entonces, como también sospecharán, la planta procede a morirse. Para ponerle un broche de oro a lo devastador de los efectos del glifosato en un vegetal, no es necesario forzar mucho a una planta para que lo deje entrar. Ni siquiera hace falta regar el suelo con él. Los vegetales absorben el glifosato por sus hojas. Una fumigada y listo el pollo.

                Entonces ¿Si fumigo con glifosato mi maceta de perejil me evito tener que sacar los yuyos a mano? En principio sí, pero también me quedo sin perejil. Si fumigo con glifosato no crece nada, pero nada de nada.

                Un momento ¿Entonces los que lo usan para fumigar sus campos están locos o qué? Les pido paciencia, es que hay algo que aún no les dije.

                A principios de los años 90, algunos científicos se cruzaron con un microorganismo de nombre agrobacterium CP4 que era capaz de hacer funcionar la enzima que se “traba” con el glifosato y en consecuencia sintetizar esos tres aminoácidos como si el aminofosfonato no estuviese ahí.  Les llevó algún tiempo aislar el gen responsable de esta característica tan conveniente y otro tiempo clonarlo y encajárselo de prepo a la soja.  Consecuencia final, las semillas de esa planta “transgénica” (es decir, la soja tiene un gen que no le pertenece, un Frankenstein vegetal) brotan, crecen y dan más semillas de soja que a su vez son resistentes al glifosato. Círculo cerrado.

                Es decir, un campo fumigado con glifosato y sembrado con soja transgénica no necesita de mayores tareas de mantenimiento que las de mirar cómo crece y subirse al tractor para cosecharla. Como el injerto les salió bien, les trasplantaron el dichoso gen a semillas de maíz, alfalfa, algodón y un largo etcétera. Los perspicaces lectores del Bombilla Tapada que intuyen un formidable negocio detrás de esto han pensado en la dirección correcta: tanto la patente del glifosato (de nombre comercial Roundup) como de las semillas de soja transgénicas pertenecen a la multinacional francesa Monsanto.

                ¿El glifosato es altamente tóxico para el hombre? ¿El consumo de cereales transgénicos trae alguna consecuencia? ¿Hay relación entre la cantidad de enfermedades de origen genético y la cercanía a áreas fumigadas con aminofosfonato? ¿Si ocurre que hay que dejar de sembrar semillas transgénicas, brotará alguna otra cosa en esos campos? ¿Cuánto habrá que esperar para que ese suelo vuelva a ser normal?

                Todas estas preguntas esperan respuesta. Las disponibles actualmente están sospechadas de parcialidad tanto de un lado como del otro. Como dije al principio del post:  les pongo a disposición algo de información de la que la mayoría de nosotros habitualmente carece. Las conclusiones corren por su cuenta.

                Buenas tardes, vayan por la sombra.

domingo, 6 de enero de 2013

No, no está mal escrito. Dije Kircher

        Uno, que trabaja en una oficina, en un comercio, en una escuela, que su aventura más arrojada fue escalar un médano en Mar de Ajó, y que aspira como todo reconocimiento ajeno, a una pequeña dosis de cariño por parte de el escaso centenar de personas a las que conoce, no puede menos que maravillarse de las vidas exitantes que tuvieron algunos hombres y mujeres que nos antecedieron. Es conciente tambien que ya no quedan Marco Polos, que la China la visita vía aérea cualquier imbecil con el dinero suficiente y que los desafíos de nuevos descubrimientos en cualquier campo están reservados a profesionales pertenecientes a una selecta elite en áreas científicas muy delimitadas.
        Pero hubo tipos, que con mentes abiertas, hace algunos cientos de años, tuvieron la oportunidad de meter las patas en innumerables sectores del conocimiento en los que faltaban respuestas. Lo tenemos por ahí al genial Leonardo Da Vinci, inventor de enorme cantidad de aparatos (la mayoría de ellos para nada funcionales) , anatomista, genial artista, arquitecto, botánico, pintor y escultor. El enorme Isaac Newton (este sí que la tenía clara) co-descubridor del cálculo diferencial, pionero de la óptica, la dinámica, la física de fluidos y démas. En cambio hubo algunos otros que lo intentaron sin llegar a la popularidad general, sin ser visitados por miles en sus tumbas de Saint Hubert o la abadía de Westminster. Ya supongo que imaginan que, esta vez vamos a hablar de un genio no demasiado conocido. Si apostaron a ello, ganaron. En los próximos párrafos les voy a presentar a un personaje delicioso, digno de Bombilla Tapada. El padre Athanasius Kircher.
       Por esas inexactitudes a las que nos tiene acostumbrado la antigüedad, no está bien claro si Athanasius nació en 1601 o 1602. Poco importa, en esas épocas, a nivel científico, todo estaba por hacerse y don Kircher no dejó hueco donde meter la naríz. A instancias de su padre se ordenó sacerdote Jesuita y ya salió del seminario de Paderborn sabiendo griego y hebreo, además del obligatorio latín y obviamente su alemán natal. A lo largo de su vida acumuló conocimientos de 11 lenguas diferentes, entre ellas el copto egipcio sobre el que volveremos más adelante. Allá por 1635 se mudó a Roma y desde ahí estableció su base de operaciones. Ante la noticia de que en Palermo habían aparecido enterrados unos huesos que parecían de elefantes pero eran algo distintos (mamuts) se mudó ahí y los estudió.  De paso y ya que estaba, como hacía poco el volcán Vesubio había hecho erupción, se le ocurrió ir a dar un vistazo. No contento con el vistazo, se descolgó, soga mediante, dentro del cráter del volcán y lo estudió, dibujó y midió y al salir se escribió un libro sobre el tema: "Mundus Subterraneos" que es considerado como el primer tratado de geología que se ha escrito.
        Por ese entonces, una diversión aristocrática eran las "linternas mágicas". Una especie de proyectores, que a falta de fotografía o cine, desplegaban imágenes ampliadas de dibujos realizados sobre una placa de cristal. El efecto cámara oscura era ya conocido desde hacía mucho tiempo, pero el padre Kircher lo perfeccionó. Para no ser menos que con el caso de los volcanes, fué y se escribió otro tratado: "Ars Magna Lucis et Umbrae" sobre el tema.
       Su obra escrita abarca 44 volúmenes, todos ellos ilustrados. Para que tengan idea, Athanasius escribió sobre China, con mapas incuidos, sin haber estado nunca allí. Supuso que la peste era causada por un microorganismo (todo un avanzado, puntualmente en una época en que nacía el microscopio pero eran apenas una lupa con un poco más de aumento) y propuso medidas profilácticas realmente efectivas como quemar las ropas de los infectados o que los visitantes y parientes sanos utilizaran mascarillas protectoras en presencia de un enfermo.
        También incursionó en el campo de la música. Construyendo instrumentos musicales, inventando un sistema automático para la composición musical (algún día voy a hacer un post completo al respecto) y siendo el pionero de la moderna musicoterapia cuando proponía cierto baile particular para ser realizado acompañado de la música adecuada ante la picadura de tarántulas (de más está agregar que la música sugerida no era otra que la Tarantella, de la que proviene su nombre). Para no dejar dudas, papel y pluma en mano, se escribió otro tratado sobre el tema: "Magnes sive de arte magnetica".
       Contemporaneo de Blas Pascal, inventó tambien una máquina de cálculo. La de Pascal funcionaba (de hecho pudo vender unas 50 y no porque fueran malas sino porque eran caras) pero sólamente sumaba y restaba. Kircher creó una a decir de su inventor que era capáz de resolver casi cualquier problema matemático. La gran dificultad para aprender a manejar el intrincado sistema de correas, engranajes y poleas es que su manual de uso (escrito obviamente por Athanasius) constaba de unas 850 páginas. Si bien la máquina no prosperó, el padre Kircher se lleva el honor de haber publicado el primer manual de usuario de que se tenga noticias.
       Como todo genio inventor, también creó una máquina de movimiento perpetuo que, como era de esperar, no funcionó. Ideó, entre otras cosas, una máquina de escribir, órganos musicales ejecutados mediante autómatas (no se conocía la palabra robot) que a su vez funcionaban con agua, creó un reloj (por llamarlo de algún modo) que combinaba imanes y girasoles (aprovechando el cambio de orientación del vegetal en función del transcurso del dia). En otro de sus tratados, con mapas incluidos, ubicó la mítica Atlántida. Se mandó tratados sobre el Arca de Noé y la Torre de Babel, llegando a calcular, en este último caso, las posibilidades de construir semejante torre, tal que fuera posible ascender mediante ella a la Luna. Las conclusiones del padre Kircher acerca de tal posibilidad la desestiman, pero no por las razones que uno podría aducir hoy. Athanasius llegó a la deducción de que, habiendo calculado la masa necesaria de material para construir una torre de 178.000 millas en 3 millones de toneladas, tal movimiento de materiales provocaría un desequilibrio tal a la Tierra que la sacaría del "centro del universo". Mejor no construyamos nada.
      Como les conté mas arriba, Athanasius conocía la lengua copta. Este idioma era usado por los cristianos que vivían en Egipto. Envalentonado y pensando que el copto era un buen intermediario entre los jeroglíficos y las lenguas actuales se propuso descifrar uno de los mayores misterios de la época. Tomó las inscripciones de uno de los obeliscos egipcios, y copto mediante, tradujo lo que allí decía. Un par de siglos más adelante, la famosa Piedra de Rosetta (una placa que contenía el mismo texto escrito en jeroglíficos, griego y demótico) facilitó la traducción y desciframiento definitivo de la escritura jeroglífica. No obstante ello, don Athanasius escribió el Prodomus Coptus sive Aegyptiacus, siete años despues el Lingua Aegyptiaca restituta y finalmente 12 años más tarde el Oedipus Aegyptiacus. A la luz de las comparaciones entre las traducciones de Kircher y de Champolion (quien definitivamente tuvo a su cargo descifrar la piedra de Rosetta) se produce un hecho muy curioso. Kircher no pego ni uno solo de los jeroglíficos. Ni siquiera uno sólo de los jeroglíficos "traducidos" por Kircher, se corresponde con su verdadero significado. Todo un logro.
      Athanasius Kircher murió a los 78 años en Roma habiendo escrito como dijimos 44 libros, que abarcan 158 tomos, para quien pretenda tener la biblioteca completa, pasando por los más variadísimos temas. Óptica, magnetismo, linguística, geografía, esoterísmo, geología, matemáticas, geometría, música, fisiología y más. Mucho de erudito, bastante de genio y una gran dosis de loco. Razones suficientes para honrar con su presencia el presente post de Bombilla Tapada.
Buenas tardes.