domingo, 22 de diciembre de 2013

Te lo bato pa´que manyes: El extraño origen de algunos términos lunfardos

     
      Parece que hace mucho, en Babilonia, había una construcción llamada Etemenanki. Era un zigurat, es decir una pirámide escalonada, que alcanzaba la sorprendente, para la época, altura de 91 metros. La Biblia transformó esa torre en algo perverso como todo lo que hacían los babilonios. La leyenda creada luego la asocia con una pedante pretensión de alcanzar los cielos. 



     
      Todo funcionó aparentemente bien. Los obreros iban y venían. Se cocían los ladrillos y se pegaban con asfalto. Subían los baldes, bajaban los martillos. Todo muy lindo hasta que Dios se calentó. ¿Así que quieren ser pulentas y llegar al cielo? - dicen que dijo - ahora agarro y me les confundo todos los idiomas, me les confundo. Y entonces, toda la gente que vivía por ahí, que hablaba la misma lengua, de repente comenzó a hablar idiomas diferentes. La primer consecuencia es que ya no se pudo seguir adelante con la construcción de la torre. La siguiente fue el nacimiento de los múltiples idiomas con los que la humanidad se comunica o se separa.

      La actualidad nos encuentra con entre 3000 y 5000 idiomas. Unos 600 de ellos son hablados por grupos humanos de menos de 100.000 habitantes.  El más hablado y que duplica a su inmediato perseguidor es el chino, seguido de lejos por el ingles, el hindi, el español y el ruso. Pero allí donde todos ponen el mayor esfuerzo en entenderse, hay vueltas del idioma que sirven para todo lo contrario. 

     
      En principio están los lenguajes técnicos. La idea no es la segregación entre los que lo hablan y los que no sino la precisión. La construcción de un puente, un edificio o una máquina no admite que alguna pieza sea descrita como "el cosito". La ubicación exacta de una dolencia es fundamental para el ejercicio de la medicina. Sería inadmisible que las instrucciones de un clínico a un cirujano consistieran en :"Fíjese ahí, por la panza". Al igual que los protagonistas de "La naranja mecánica" que tienen un lenguaje propio que les facilita diferenciarse de los demás, los diferentes grupos etarios mantienen ciertos giros del lenguaje que les permiten  marcar su territorio idiomático de modo que quede claro quienes pertenecen al grupo y quienes no. 

     
      Uno de esos grupos, digámoslo de una vez, son los delincuentes. Un punto importante en toda actividad delictiva es mantener el secreto y una de las formas es que nadie sepa de que estamos hablando. Aparentemente, en el norte de Italia había una buena cantidad de prestamistas y banqueros. Tal como hoy, dichas profesiones se equiparaban a la estafa cuando no al robo liso y llano. De modo que como una de las regiones del norte de la península itálica es Lombardía, y allí se habla lombardo, era así como llamaban al argot de los ladrones. Al llegar a nuestras tierras el término lombardo sufrió una ligera modificación y paso a llamarse Lunfardo.

      Su éxito fue su fracaso. Creado (involuntariamente) para ser secreto, lentamente pasó a formar parte del habla cotidiana hasta de los sujetos más ilustrados. Hoy vamos a meter las narices en los orígenes de algunas de las palabras del lunfardo que utilizamos a diario y que no tenemos idea de donde vienen. Quédense piolas y vengan de queruza.

   
       La primera de ellas es mina. Hasta las propias mujeres la utilizan para hablar de si mismas. Sin embargo, si nos remontamos a su origen, el término es insultante. Los proxenetas (cafishios en el habla lunfarda. Su origen está más abajo) son tipos que hacen trabajar a las mujeres de prostitutas para su propio beneficio. Imaginemos una conversación entre dos de ellos mientras toman unos Pernod:

- Yo tengo 7 mujeres que trabajan para mi - dice el primero de ellos.
- Yo en cambio tengo solo 4, pero una de ellas es una mina de oro, me trae ella sola más que las otras 3 juntas, me trae.


      El termino mina, se acuña para referirse a una prostituta que factura mucho, como si fuera una mina de metales preciosos. Los orígenes del término no son muy halagadores.

   
      Los primeros ferrocarriles de la Argentina fueron construidos por empresas británicas. Mientras los obreros nacionales colocaban la piedra, los durmientes y las vías, los jefes ingleses recorrían la línea inspeccionando, sin hacer ningún trabajo físico. Generalmente lo hacían caminando con sus manos unidas en la espalda lo que en el inglés que hablaban los ingenieros británicos se dice "back hand". Pues bien, en lunfardo, para referirse a aquel que no trabaja y sin embargo vive bien, se utiliza la palabra "bacán" que es una deformación ligera del término inglés de referencia.

     
      La trata de mujeres con fines de prostitución no es lamentablemente nueva. Enormes organizaciones movilizaban cientos de jóvenes de un lugar a otro del mundo con fines de esclavitud sexual. Todas las legislaciones tuvieron por siempre, desde que la civilización dejó de retener a mujeres y niños como botín de guerra aceptable, restricciones y penas en contra del tráfico humano. Los proxenetas debieron actuar con astucia tanto como para no ser descubiertos en sus movimientos. Una forma de trasladar personas de un lugar a otro es camuflándolas entre medio de un cargamento de mercadería legal. Uno de los más comúnmente usados era el pescado seco, stockfish en ingles. Bajo la apariencia de un contenedor de pescado se ocultaba el trafico de varias decenas de mujeres. La deformación de la palabra original deriva en cafishio, que es el lunfardo para proxeneta.

   
      El que dice tener unas influencias con las que no cuenta. Quien repara algo de manera defectuosa. El que promete lo que sabe que no va a poder cumplir. Todos ellos reciben en nuestro lunfardo el nombre de "chantas". Para encontrar el origen hay que viajar a Nápoles (en realidad no hace falta pero queda lindo decirlo). Supongamos que alguien tiene rota, digamos, una ventana. Quien se pone a repararla, en lugar de reemplazar las maderas defectuosas o rotas, agrega refuerzos con otras maderas realizando una reparación poco feliz. En Nápoles, en dialecto campanio se los llama cianta puffi lo que significa clava clavos. Con una ligera modificación en la pronunciación obtenemos nuestro chanta que hace las cosas rápido y mal.

     
      Calabria forma la punta y la suela de la bota imaginaria que dibuja el mapa de Italia. Justo enfrente está Grecia, por lo tanto el calabrés ha recibido una influencia de siglos de penetración griega y muchas palabras de su léxico tienen ese origen. Normalmente, salvo que sea uno de esos nuevos jugadores de poker profesionales que salen por TV, los juegos de cartas y de dados están reservados para momentos de ocio o esparcimiento. Casualmente en griego, ocio o recreo se dice Skolé, y cruzando el atlántico, el juego de dados o cartas se convierte en escolazo.

   
      En algún otro post hablamos de la influencia musulmana sobre el idioma español, merced a los 5 siglos que los árabes pasaron visitando por la fuerza la península Ibérica. Una forma con la que los árabes se refieren a los tontos o menos agraciados intelectualmente es Yahil, esta palabra se ha deformado un poco para llegar al andaluz como gilí, y luego a nuestro lunfardo como gil. Por su similitud sonora el lunfardo porteño admite también el término alternativo perejil.





   
      Hace algunos años, el común de la gente tenía muy poca ropa. Una vestimenta para los días de semana hábiles y, si tenían dinero suficiente, un traje dominguero. Posiblemente por ser más barato tuviera alguna ropa interior de más como para cambiarse. Hoy contamos con comercios que venden, entre otras cosas, ropa interior y sábanas que llamamos casas de lencería. La palabra lencería viene de linghe que en uno de los tantos dialectos italianos es el nombre que recibe el atado de ropa, cubierto mayormente con la única sábana con la que el tipo contaba para armarse una cama medianamente digna. Ver a alguien con ese atado colgando de la punta de una vara y llevado al hombro y pensar el la palabra linyera, es todo uno. Y es razonable puesto que ese es el origen de la palabra en cuestión. El linyera es aquel que, no teniendo casi nada, lleva sus modestas pertenencias (la linghe) en un atado colgadas de un palo.

     
      Carlos V al mando de las tropas españolas venció en una batalla a Francisco I quien encabezaba los ejércitos francés y suizo juntos. Según dicen los expertos fue la primer batalla en la que las armas de fuego tuvieron una real participación. Los arcabuces españoles propinaron tal paliza, en particular al ejército suizo, que el balance de bajas de la batalla fue de 3.000 muertos por el lado de Francisco I y tan solo uno por el lado de Carlos V. Tan fácil fue el triunfo que hasta el día de hoy cuando algo resulta sencillo, barato o simple de conseguir se apela a nombrarlo como la localidad italiana en la que se desarrolló semejante contienda. Estamos hablando, claro, de la batalla de Bicocca.

   
      Los marineros llevaron siempre una vida muy dura. A los rigores propios de la mar había que agregarle unos salarios miserables. Por eso era una convención que los tripulantes de naves mercantes pudieran llevar algunas mercaderías propias para vender llegados a puerto en su propio provecho. Ese paquete de mercaderías recibía el nombre de paca o paco. El contenido de esos pacos se llamaba pacota y generalmente estaba constituido por cosas de escaso valor. Por lo tanto, quien tiene tan poco valor que no puede enfrentarse a alguien mano a mano y prefiere la superioridad numérica forma un grupo llamado pacota o patota. Y de ahí nuestro patotero. Otra derivación de estos términos, que no es usada normalmente por nosotros es pacotilla. Usada como adjetivo le baja la calidad al sustantivo como por ejemplo reloj de pacotilla o profesor de pacotilla.

      Y si hay palabras que vienen del inglés, el italiano, el árabe ¿Por que no echar mano a alguno de nuestros idiomas autóctonos? Las sobras, sean de algún material o aún de comida, llevan en quichua el nombre de puchu. Hoy se usa la palabra pucho para designar un cigarrillo de papel entero, pero originalmente solo se usaba como sinónimo de colilla, es decir de la sobra de un cigarrillo.

     
      Suponían, y algunos aún suponen, que hay personas que emiten mala onda. Son esos tipos que hacen que se corte la luz cuando llegan a una fiesta. Si saludan a alguien este se enferma. Si ponderan un auto o bien se rompe o bien choca. La sabiduría popular dice que estos nefastos tipos emiten mala suerte. Uno de los términos que el italiano tiene para decir emitir, eyectar es jettare. Y es este el origen de nuestra palabra Yeta que califica a aquellos que con solo nombrarlos provocan desgracias.

      Por último, y esto no agota los términos ni mucho menos, otra de las mecánicas con las cuales una palabra convencional se transforma en un término lunfardo es el procedimiento del "vesre". Consiste en alterar el orden de las sílabas de una palabra ya existente. Por ejemplo, las insignias de los suboficiales de la policía están compuestas de ciertas combinaciones de tiras doradas. Por tanto, no es extraño que para el bajo fondo tira sea sinónimo de policía. Mediante el "vesre" tira se transforma en rati, y es así como se los llama de manera despectiva. Aunque el mecanismo del vesre no es estricto en cuanto a las reglas de alteración del orden de las sílabas, es uno de los sistemas más comunes de asimilar palabras del idioma convencional para transformarlas en lunfardas. El batidor (quien le adelanta a la policía los movimientos futuros de sus propios compañeros. Un soplón) se transforma así en ortiba. El bocina (otra forma de llamar al delator) se convierte en cobani. Si uno comete una gran fechoría o toca de manera genial algún instrumento musical o hace algo de manera mucho mejor a la que se espera, en lugar de la expresión convencional: "¡Te pasaste!" el lunfardo, vesre mediante, la convierte en "¡Te zarpaste!".

      Se las termino con un poema de Celedonio Flores que, para quien no conoce los términos del lunfardo resultaría intentendible. Si necesitan ayuda, avisen:

Pa´fioca no sirvió porque una mina
a quien le hizo un laburo deshonesto
le dio el apuntamiento en una esquina
y delante del cana le dio el pesto

Quiso hacer un scruche y cuando fueron
a arreglar la cuestión de la biyuya
te le hicieron un laburo, te le hicieron
y tuvo que poner menega suya

Fue pintor, albañil, bandoneonista
Cantor aficionado, fue cloaquista
batidor, amargao y atorrante

Hoy requinta una gorra, usa taquito
Se apila a una pilolita y pega el grito
"Se me quieren correr más adelante"


  

domingo, 8 de diciembre de 2013

Y...de algo hay que morir...

     
      La literatura y el cine están llenos de protagonistas heroicos. Sujetos que luchan por sus ideales, sea cuales fueren. El honor, el amor, su familia. El climax en esos casos se alcanza cuando, sobre el final de la novela o película, el protagonista procede a morirse en defensa de lo que cree justo. Los lectores o espectadores, según sea el caso, envidian (pero poco) el destino glorioso del personaje en cuestión. Morir por lo que uno considera importante o justo es de una nobleza insuperable.


       Al común de los mortales solo nos queda la indigna letanía de una larga enfermedad o la súbita retirada por fallas cardíacas. Difícilmente podamos alcanzar la dignidad de una muerte por una causa noble. Sin embargo Bombilla Tapada hoy va a presentar algunas historias de tipos que se quedaron a mitad de camino. Todas terminan mal pero los decesos en cuestión se han producido por sostener una idea propia. Tipos que creyeron en algo, sin la gallardía del amor o el honor, y lo llevaron hasta las últimas consecuencias, al menos para ellos. 

     
      Una de las diversiones mas comunes de los niños cuando se bañan es la de sumergir algún objeto cóncavo en la bañera, con la concavidad para abajo, y notar como el aire escapa luego, más o menos violentamente, en forma de burbujas. Este principio era conocido desde hace mucho tiempo y existieron desde la antigüedad intentos por aprovecharlo para construir un artefacto que pudiera movilizarse bajo las aguas. Se supone que un tal Cornelius Drebbel logró hacer funcionar uno de estos engendros bajo las aguas del Tamesis en 1620. Desafortunadamente no quedan registros fieles de como estaba construido pero los relatos existentes lo identifican como una campana donde se almacenaba aire, impulsada por remos. El primer submarino funcional de la historia, con datos documentados (Si un día andan por Louisiana dense una vuelta por el Museo Estatal, donde hay una réplica) fue desarrollado y construido por Horace Hunley. Don Horace pertenecía al bando del Sur en la guerra de secesión y su aparato (de nada despreciables 12 metros de eslora) era capaz de sumergirse y colocar una carga explosiva en el casco de un navío sin ser detectado. Y de hecho lo hizo. El 18 de febrero de 1864, el USS Housatonic, del bando norteño, se alzó con el honor de ser el primer barco hundido a causa del accionar de un submarino: el CSS Hunley. Funcionó, si, pero una falla hizo que sus 8 tripulantes murieran ahogados. Horace Hunley entre ellos.

      Si el agua provocó la fascinación que le costó la vida a Horace Hunley no menos fascinante para los hombres ha sido el dominio del aire. Desde mitos griegos hasta el famosísimo  Leonardo da Vinci todos soñaron con dominar los aires. En este caso hablaremos de 2 de ellos que terminaron particularmente mal. 

   
     El primero de ellos es Otto Lilienthal. Un ingeniero industrial alemán que tenía un trabajo y una pasión. Su trabajo era diseñar motores. Su pasión: despegarse del suelo y volar. En 1886 diseñó y patentó un pequeño motor adosado a calderas tubulares que funcionó de maravillas. Los ingresos provenientes de la explotación de su invento le dejaron las manos libres para desarrollar su real pasión. El diseño y construcción de aeronaves. Nótese que lo que puede llamarse vuelo de un aparato más pesado que el aire ocurrió recién en 1903 con la experiencia de los hermanos Wright, así que Lilienthal era realmente un pionero. En compañía de su hermano Gustav realizó más de 2000 intentos de volar con sus diseños de planeador con éxito relativo. El 9 de agosto de 1896 había logrado que su planeador alcanzara los 17 metros de altura (algo así como la altura de un edificio de 6 pisos). Desde allí bajó, gravedad mediante, hasta el suelo de Berlin quebrándose la columna vertebral y muriendo al día siguiente.

     
      El segundo de los apasionados por el aire fue un sastre. No, no me he salteado la sílaba "de" equivocándome al escribir "desastre" (como realmente terminó). El tipo era sastre de los que confeccionan ropas y se llamaba Franz Reichelt. Su berretín era construir un paracaidas que lograra frenar el descenso de una persona desde cierta altura y depositarlo sano y salvo en tierra. Probó primero con un muñeco que, previsiblemente se estrelló contra el suelo sin atenuantes. Terco el hombre, consiguió permiso para saltar desde la cima de la Torre Eiffel y lo hizo el 4 de febrero de 1912 con el mismo resultado. Se hizo pomada contra el suelo. Convencido de su éxito, Franz había contratado a dos camarógrafos para que registraran el momento. Si son lo suficientemente morbosos aquí tienen el video de la caida libre:

http://www.youtube.com/watch?v=FBN3xfGrx_U

     
      El último, por hoy, de los mártires es el de la muerte más ridícula. El ingeniero norteamericano Thomas Midgley es el responsable de haber descubierto que ciertos compuestos de plomo adicionados a las naftas impedían que dentro del cilindro ésta explotara por compresión. Descubrió también el uso de los compuestos Cloro Fluoro Carbonados como propelente en aerosoles y refrigerante en equipos de aire y heladeras. Es decir, por culpa de sus descubrimientos nos intoxicamos con plomo e iniciamos el agujero de ozono. De él se dice que es la persona individual que mas daño le ha causado al planeta. De todos modos no hizo falta que ninguna organización radical ecologista hiciera justicia por mano propia. A sus 51 años el ingeniero Midgley contrajo la poliomielitis y si bien sobrevivió, la enfermedad le dejó secuelas motrices. Diseñó entonces una cama con un complejo sistema de cuerdas y poleas a fin de poderse incorporar, acostarse y sentarse sin ayuda. Utilizándola, se enredó con una de las cuerdas, cayó y murió estrangulado.

      En este mundo de hoy queda poco lugar para los Sargentos Cabral que mueren por un ideal. O para Romeos que mueran por amor. Pero siempre habrá lugar para quienes lleven sus ideas o invenciones demasiado lejos. Bombilla Tapada tendrá siempre un lugar en su corazón para aquellos que se envenenen con sus propios preparados, se corten con su propio cuchillo o se ahorquen con sus propias sogas.

Que sueñen con los angelitos.





      


domingo, 1 de diciembre de 2013

Con Belisario y Juan...Al Infinito y más allá!

      En los últimos posteos de el presente blog los invité a viajar lejos en tiempo y espacio (Persia 1.300 años antes de Cristo o la India casi 200 años atrás). Es pues tiempo que nos quedemos acá y que si hemos de retroceder en el tiempo no sea tan violenta la retirada sino que nos movamos unos 50 o 60 años apenas.

     
      Hace pocos días se anunció el próximo lanzamiento de un nuevo satélite argentino el AR SAT I y los ensayos de construcción del AR SAT II a la vez que entra en la etapa final de diseño el SAOCOM 1 A. Alguien pudiera pensar que mientras las grandes potencias espaciales (EEUU o Rusia) lanzan gente a realizar tareas científicas en pleno espacio o sondas a los diferentes planetas de nuestro sistema solar, que nosotros sintamos orgullo por los satélites construidos aquí es apenas un premio consuelo. Aún sabiendo que no hay en el mundo muchos países constructores de satélites (apenas 6. 7 con la Argentina) el hecho de que los demás estén viajando a otros planetas, mientras que nosotros apenas llegamos acá a la vuelta, hace que uno se sienta lejos. Si me acompañan y prometen no tocar nada, les voy a contar que hace unos 50 años estábamos cerca, muy cerca. Como en tantas otras oportunidades, lo que unos gobiernos avanzaron, otros lo retrocedieron. Pónganse la cofia y los guantes que vamos a develar el pasado espacial de nuestro país.

     
      Antes que nada unas aclaraciones para que todos sepamos cuan difícil es la cuestión. La tierra es una masa de piedra y agua gigantesca. Nos atrae con una fuerza enorme, en parte por culpa de Newton. Cualquiera que haya saltado hacia arriba alguna vez, tendrá claro que por mucho que nos empujemos, el camino recorrido es corto. A poco de subir, nos precipitamos hacia abajo con la misma facilidad. Aún los aviones que parecen tener la magia de despegarse del suelo, en cuanto dejan de ser impulsados por sus poderosos motores descienden por culpa de la maldita gravedad. Hay que hacer muchísima fuerza para escaparse de ella. La velocidad de escape de la Tierra es de 11 kilómetros por segundo. Si, no me equivoqué, por segundo. Si los cálculos no me fallan, unos 40.300 kilómetros por hora. Cuanto más pesado sea el coso que queremos lanzar fuera de la Tierra, más grande será la fuerza a desarrollar para lograr la aceleración necesaria para alcanzar esa tremenda velocidad.

      La gran ventaja es que, conforme nos alejamos del centro de la Tierra, la fuerza con la que nos atrae es considerablemente menor que en la superficie. Para decirlo más claro: cuanto más nos alejamos, más fácil es seguir alejándose. Así las cosas, vamos a la historia.

   
      Una vez que el hombre tuvo claro lo de la velocidad de escape, también tuvo claro que el único método para lograr salir de la atracción gravitatoria era el cohete. La intención en un principio fue poner en órbita terrestre un aparato, luego algún ser vivo y de últimas una persona. Finalmente, por todos es conocido que el 4 de octubre de 1957, la entonces Unión Soviética logró la hazaña de poner en órbita al Sputnik, una pelota de metal de unos 80 kg de peso (de masa, debería decir, pero eso es motivo de otra nota). Pero apuesto a que ninguno de ustedes conocía que tan temprano como en 1949, científicos argentinos diseñaron el AN-1, un motor que en mayo del año siguiente impulsó al cohete Tábano haciéndole alcanzar una nada despreciable velocidad de 850 Km/h.

        Para ese entonces (1957) se habían comprobado 2 cosas fundamentales. Que los cohetes podían llegar tan lejos como se quisiera y que un aparato podía resistir la velocidad, el empuje necesario y las condiciones de ingravidez del espacio. Pero....un tipo? En principio, probar con una persona era moralmente objetable, entonces la solución más a la mano y con menos impedimentos éticos fue enviar animales al espacio.

   
      En noviembre de 1957, un mes después del lanzamiento del 1º Sputnik, la perra Laika se convierte en la primer mártir de la carrera espacial a costa de ser el primer ser vivo en salir de la Tierra. Ya poner un aparato en órbita había dejado de ser el objetivo. La carrera de ambas potencias consistía en ese momento en poner a un humano a dar vueltas al rededor de la Tierra y traerlo vivo a casa para que cuente como le fue. En eso andaban los Rusos y Norteamericanos. Tímidamente los franceses andaban lanzando cápsulas con animales con el mismo objetivo pero sin la presión de tripularlas con humanos convirtiéndose en el 3º país de la lista. Sorprendentemente, hace su aparición el 4º país en integrar el selecto club de los lanzadores de seres vivos al espacio.

   
      Para 1967 el CELPA, (Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados) había cumplido con el desarrollo de una serie de lanzadores apellidados Centauro (Alfa, Beta y, adivinaron, Gama) y desarrollaba un nuevo proyecto llamado Orion. Los lanzadores Orion podían albergar una carga útil de unos 25 kg. y alcanzar los 114 Km de altura, fuera de los 100 km que se consideran el límite de la atmósfera y el comienzo del espacio exterior. Se acondicionó especialmente una cápsula con medidores biométricos en la ojiva del mismo y se entrenaron 3 grupos de ratones, para luego seleccionar uno de ellos. Los del primer grupo fueron bautizados con nombres comenzados con A (Alejo, Aurelio y Anastasio) los del segundo con B y obviamente los del último con C. Fue elegido entonces un ratón del 2º grupo llamado Belisario. Finalmente el 11 de abril de 1967 Belisario se convierte en el primer argentino en el espacio. Y no solo eso, a diferencia de Laika, Belisario tocó tierra suavemente y vivió para contarlo (en realidad se lo había entrenado pero no lo suficiente como para que lo cuente). Argentina se ponía cuarta, en la fila de los países que habían logrado sacar del planeta a un ser vivo.

     
      Pero habría más. Un par de años más tarde sería el turno de Juan. Era un mono caí oriundo de la provincia de Misiones, que a bordo de un cohete Canopus II llegó al espacio en vuelo sub orbital el 23 de diciembre de 1969. Luego del vuelo, quizá su mejor premio hubiese sido volver a su selva natal, pero no pudo ser. Se convirtió durante algunos años más en la principal atracción del zoológico de la Ciudad de Córdoba.

 
       De ahí en más, la actividad espacial argentina se va apagando de a poco. Un proyecto que podría haber sido interesante, la apagó del todo por presiones políticas. Se trataba del Cóndor  un misil que, además de fines bélicos podría tener la capacidad de colocar una carga de hasta media tonelada.

     
      Hubo que esperar hasta 2007 para que Argentina se ponga nuevamente en carrera. Se trata ahora de la serie de cohetes Tronador que permitirá colocar en órbita cargas satelitales no sólo propias sino de quienes alquilen sus servicios. Se calcula que su vuelo inaugural pleno ocurrirá en diciembre del 2015.

   





       Quizá esto parezca poco, pero teniendo en cuenta que fuimos el 4º país del mundo en enviar un ser vivo al espacio y uno de los 7 países que construyen sus propios satélites, si todo sale bien, para fines del 2015 seremos uno de los 10 países del mundo que construyen sus propios vehículos espaciales.

       Definitivamente no es poco. En el 2001 nos conocían por lanzar piedras a la policía y hoy lo hacen por lanzar nuestros propios satélites en nuestros propios vehículos espaciales.



   


domingo, 24 de noviembre de 2013

Humo (o mejor dicho vapor) sobre el agua

            Personalmente me satisfacen mucho las historias en donde el hilo conductor no se ve a simple vista. Historias circulares, donde el final está estrechamente relacionado con el principio sin que sea evidente hasta el último momento. Cuando me topo con algo así, me brillan los ojos y corro a estropearla, escribiéndola en mi blog. Este es el caso, una historia en donde uno no sabe a donde va, hasta que llega. Verán ustedes.

         
      Había un tipo, un griego nacido en los dominios helénicos en Egipto, llamado Herón de Alejandría. Por lo que se ve era un tipo muy ingenioso. Inventó una esfera hueca con dos tubitos (por aquí nomás debe andar el dibujo) que se llenaba de agua (no completamente) y se ponía a calentar. El agua hervía y comenzaba a salir por los tubos, que como verán están opuestos por el diámetro. Esto hacía que la bola comenzara a girar debido a la fuerza del vapor. Si uno, por ejemplo ataba una soga al eje, podía enrollarla sin esfuerzo alguno. Herón acopló su invento a múltiples artefactos de modo que ,en algunos templos en los que él había trabajado, las puertas se abrían solas y las estatuas de los dioses se elevaban desde el suelo para maravilla de los peregrinos. Pero la eolípila, tal como se llamaba el mecanismo, tenía un grave problema. Si el agua se calentaba demasiado y la presión de vapor alcanzaba ciertos límites, la esfera no resistía y todo estallaba por los aires.

     
      Hubo que esperar casi 2000 años para que el vapor pudiera utilizarse como fuerza motriz medianamente segura. Con agregados de cámaras de enfriamiento y válvulas de regulación más la utilización de carbón de coque que es mucho más efectivo que el carbón común o la leña, la máquina a vapor condujo a lo que todos conocemos como Revolución Industrial. Con ella, los campesinos que morían al sol al lado de sus cosechas o de sus rebaños, pasaron a morirse bajo techo, dentro de las fábricas.

         Lo que comenzó como un fenómeno local en Inglaterra, rápidamente fue exportado hacia otras naciones y una de las que acogió la novedad de manera entusiasta fueron los nacientes Estados Unidos. Los estados del sur, particularmente Texas, Luisiana, Carolina del Sur, Alabama, Mississippi, Florida y Georgia, vivían de las cosechas y les importaba poco y nada la revolución industrial y la máquina a vapor. En cambio los estados menos favorecidos por la naturaleza veían en la industrialización su vía de escape. Desafortunadamente para los románticos, la guerra que se entabló a continuación entre el Norte y el Sur no tuvo causas humanitarias como la abolición de la esclavitud sino económicas. Como siempre, bah!

       
       Los estados norteños, en vista de su proyecto industrial necesitaban operarios y mano de obra calificada, no esclavos. En cambio toda la economía de los estados del sur dependía de la fuerza y trabajo humano y la mejor manera de conseguirlo (en ese entonces) era mediante esclavos negros. Luego notaron que era más fácil pagarles un sueldo miserable y que ellos mismos tuvieran que velar por su alimentación y salud, pero para ese entonces la guerra había terminado. Todas las películas norteamericanas ambientadas en esa época contratan a Morgan Freeman por esa razón.

       


      En 1861, cuando Lincoln gana las elecciones presidenciales, los estados del sur se dan cuenta de que su subsistencia económica estaba en riesgo y por lo tanto se alían y proponen separarse de los Estados Confederados de América, tal era el nombre del país en esos momentos. Imprimen su propia moneda, dictan sus propias leyes y suspenden algunas garantías constitucionales. Además levan de manera forzada soldados para sus ejércitos. Ya en el discurso inaugural de su periodo presidencial, Lincoln declaró ilegal la pretendida separación de estos estados de la Confederación, y el 16 de abril de 1861 empezaron los tiros, que no pararían hasta el 9 de abril de 1865 cuando el general Lee firma la rendición. Cinco días después, para celebrar, John Booth comenzó una costumbre que luego retomó exitosamente Harvey Ostwald, y le voló a Lincoln la cabeza mientras miraba una obra de teatro.

     
      Toda la Guerra de Secesión Norteamericana cabe así en un párrafo, sin detalles ni pormenores porque no es el objeto de esta nota, aunque desempeñe un papel importante. Como verán en el mapa, el Río Mississippi atraviesa de norte a sur casi todo los Estados Unidos. Diez estados son bañados directamente por sus aguas, y muchísimos otros llegan hasta él mediante sus afluentes. Su desembocadura en el Golfo de México lo posiciona como puerta de salida, mayormente hacia Europa, de productos agrícolas y manufacturados. Tan temprano como en 1816, se botó un barco bautizado como Washington, que recorría el río Mississippi impulsado por la fuerza novedosa del vapor.

          El río Mississippi es muy largo (3.700 Km)  y convenientemente ancho pero desafortunadamente poco profundo en algunos de sus tramos. Un barco de gran calado (la parte que va bajo el agua) corre serios riesgos de encallar y aun de naufragar. Las calderas de vapor eran muy voluminosas y si se construyera un barco cuyo casco tuviera dimensiones suficientes para albergarlas se quedaría clavado en el fondo a los pocos metros de zarpar.

         La solución: un barco de fondo plano y la caldera sobre la cubierta. Dos gigantescas chimeneas que eliminaban el humo del carbón y mantenían alejadas de la gente las numerosas chispas que solían escapar de la caldera. En lugar de hélice, las típicas ruedas laterales y ya tenemos la acostumbrada imagen de las películas aquellas en las que dijimos que trabaja Morgan Freeman: un famoso vapor del Mississippi.

       
Imagen Real del Sultana en su último viaje
       Uno de ellos se llamaba SS Sultana y hacía la ruta del Mississippi desde Saint Luis hasta New Orleans. Se necesitaba una tripulación de unas 85 personas para mantenerlo a flote, incluyendo aquellas que hacían el servicio a los pasajeros. Estaba autorizado para transportar 376 personas contando tripulación y viajeros. Pero en 1865 la guerra acababa de terminar, y muchos soldados de los estados del sur que habían sido prisioneros en campos de concentración de los norteños habían sido finalmente liberados y volvían a sus casas luego de 4 años de guerra. Zarpaba el Sultana y todos pugnaban por un lugar en él con destino al sur. La capacidad del barco se excedió, digamos, un poco. El SS Sultana llevaba encima (literalmente, ver foto) 2.300 personas de las cuales había que descontar los 85 tripulantes y solo 70 pasajeros "no soldados". El vapor se detuvo en el puerto de Vicksburg porque una caldera no andaba bien. Las opciones eran: repararla o cambiarla. La ansiedad del pasaje y el miedo a que más personas intentaran subir al barco hizo que se optara por la reparación.

       Para no agregar más suspenso al asunto, el 27 de abril de 1865 las calderas del Sultana explotaron. Lo que quedaba del barco se convirtió en una bola de fuego y murieron más de 1.800 personas. Quinientos sobrevivientes fueron rescatados con diversas heridas de gravedad variable. De esos, 300 murieron en el transcurso de los siguientes 6 meses.

     2.300 personas arrastradas a la guerra por culpa de la máquina a vapor, salvan sus vidas de las balas pero terminan muriendo por culpa de una máquina a vapor. No es por ser determinista pero parece que esta gente la tenía jurada.



Me voy, creo que dejé la pava en el fuego y temo que el vapor me juegue otra mala pasada.



         

       

           

domingo, 10 de noviembre de 2013

Si un dia te dicen Cipayo (espero que no) por lo menos sabrás que quiere decir

      Desafortunadamente, la palabra tiene mucho más utilización de la que debiera. Pero ocurre que cada vez que alguien defiende intereses extranjeros en desmedro de los nacionales, aparece sin saber bien de que está uno hablando.

- Habría que dejarse de molestar con el tema Malvinas. Son de los ingleses. Que se las queden ellos ¡Que embromar!
- Callate, cipayo!

- Lo mejor sería darle la explotación de todo el petróleo a compañías extranjeras. Siempre que metemos las manos nosotros, la embarramos.
- Callate, cipayo!

      La pregunta entonces es ¿Que corno es un cipayo?

      Para saberlo debemos viajar a mediados del siglo 19 y a la India, sin ir más lejos. Vengan conmigo que el vapor está por zarpar.

   
      En el año 1600, un grupo de empresarios ingleses fundó la Compañía Británica de las Indias Orientales, su función era, abiertamente, apoderarse del comercio floreciente con la India. Especias, algodón, té y seda eran los principales productos de exportación y su compra a precio vil a los productores y su venta al mercado Europeo el método para obtener gigantescas ganancias. Para 1608 el puerto de Surat en la India operaba exclusivamente con mercaderías de la Compañía. Para 1609 el contrato con el gobierno británico que originalmente era por 15 años se extendió sin límite de tiempo. Conforme la Compañía de Indias crecía su posición se iba haciendo monopólica. Ningún productor hindú podía vender nada de su producción si no lo hacía a través de la HEIC (Honourable East India Company) (Lo de Honorable se lo pusieron ellos mismos, los hindúes no opinaban lo mismo en ese entonces y opinarían peor luego).

     
      Claro que sostener esa situación no iba a ser gratis. Muchos hindúes que llevaban adelante una agricultura de subsistencia fueron obligados por la fuerza a dejar sus cultivos alimenticios y producir exclusivamente mercaderías exportables. Dado que nadie (salvo que esté haciendo dieta voluntariamente) elige pasar hambre pudiendo comer, la situación debía mantenerse de manera violenta. Para 1670 el rey Carlos II les dio permiso para celebrar alianzas, establecer justicia y tener fuerzas armadas propias, como si se tratara de un estado paralelo. El ejército de la Compañía de Indias era llamado Casacas Rojas. Para inicios del 1800 la superficie sobre la cual la HEIC tenía el comercio exclusivo era cercana a los 129.000 kilómetros cuadrados y regía sobre la vida y hacienda de más de 5 millones de personas. Es decir, una compañía comercial dominaba un territorio parecido en extensión al de Grecia con una población equiparable a las de Suecia y Bélgica sumadas para esa misma época. El férreo control requerido no iba a mantenerse con 5 soldados, no con 10, ni con 100.

     
     Los Casacas Rojas estaban encabezados por unos 20.000 oficiales británicos y más de 200.000 soldados de origen hindú. Desde antes de la era Cristiana los territorios de la actual India formaron parte del imperio Persa. En idioma persa, soldado se dice Sipahi. Del mismo modo los llamaron los ingleses y llegó a la lengua francesa como Cipaye. En resumidas cuentas, los cipayos eran hindúes, contratados por los británicos por monedas, para someter a sus propios compatriotas. De ahí que generalmente la utilización de esta palabra vaya acompañada con el calificativo de "vendepatria". 




      De todos modos, las rispideces entre británicos y cipayos tensaron la soga más de lo aconsejable. Nunca hubo igualdad social ni de trato entre los soldados ingleses y los hindúes. Los ingleses consideraban ciertas costumbres indias como poco civilizadas y las abolieron para descontento de los cipayos. Por otra parte, si un terrateniente no dejaba hijos varones al morir, las tierras pasaban a ser propiedad de la Compañía de Indias según una ley llamada Doctrina del Lapso, sostenida por los británicos a punta de pistola (o de mosquete) y resistida por los nativos. 

      Pero la gota que rebalsó el vaso no tuvo motivos ni políticos no económicos. 

     
     
     
      Para 1857 los Casacas Rojas estaban equipados con modernos fusiles Enfield que ya no necesitaban ser cargados con fulminante, pólvora y munición sino que se les ingresaba por el cañón un cartucho ya preparado de antemano. Este cartucho venía cubierto con una envoltura que había que retirar, mayormente con los dientes dado que una mano sostenía el fusil y la otra el cartucho. Para que el cartucho colocado en la boca del cañón corriera con facilidad hacia el fondo de la recámara, venía untado debajo de la envoltura extraíble con grasa vacuna o de cerdo. Los cipayos eran mayormente hinduistas o musulmanes religiosamente hablando y para unos y otros, ambos animales eran o bien sagrados o bien impuros. Por lo tanto se negaron terminantemente a utilizar esos cartuchos y menos aún a llevárselos a la boca.

   
      La bronca llegó a transformarse en motín y este estalló el 26 de febrero de 1857. Ese día el regimiento Nº 19 de Infantería de Bengala se negó a seguir usando los cartuchos descriptos. El coronel a cargo del regimiento amenazó a los amotinados con artillería pero luego prefirió negociar. De todos modos la mecha de la rebelión estaba ya encendida. Los cartuchos eran el pretexto para expresar el descontento por la escasa paga, los malos tratos y la discriminación recibida. En marzo de ese año un soldado cipayo del regimiento Nº 34 atacó a un sargento y a su ayudante (El del sargento. Los cipayos no tenían ayudantes) hiriendo a ambos. Le fue ordenada a una partida buscar y detener al agresor, pero los soldados hindúes se negaron. Finalmente Mangal Pandey, tal era el nombre del cipayo atacante fue detenido y ahorcado. Esto solo empeoró las cosas. Los motines se sucedían conforme llegaban las noticias de que las represalias británicas eran cada vez mas brutales. Los soldados hindúes furiosos pero desorganizados llegaron hasta Dehli (capital de la India) y tomaron el Fuerte Rojo, cuartel general de las tropas de la ciudad. 

      Los británicos se reorganizaron, esperaron por refuerzos y todo fue cuestión de tiempo. Para fin de ese año la situación favorecía ampliamente a los ingleses y finalmente el 8 de julio de 1858 se firmó la paz.

     
 Bueno, digamos que mas o menos la paz. El método preferido para ajusticiar rebeldes elegido por los civilizados Casacas Rojas era el de atar a la boca de un cañón a un prisionero y dispararlo. Obviamente el cuerpo del cipayo en desgracia era despedazado. Para la religión hindú, el alma de un cuerpo desmembrado no cuenta con el favor de los dioses. Por lo tanto el castigo tenía un doble efecto. Acabar con su vida terrena e impedirle la eternidad celeste.

      Inglaterra entendió a fuerza de mucha sangre, mayormente hindú hayan sido soldados o no puesto que la "reconquista" tuvo más de venganza que de acción de guerra, que la Compañía Británica de las Indias Orientales no podía seguir regenteando con sus métodos el territorio hindú como si fuera de su propiedad. En agosto de 1858 la India pasó oficialmente a ser colonia británica y la reina Victoria fue nombrada Emperatriz. Se permitió que los hindúes formaran parte del gobierno (bueno, un poquito). En el fondo, solo cambiaron de tirano. 

      De todos modos las cosas no irían tan mal. Solo faltaban 11 años para que naciera Mahatma Ghandi. Pero eso, quizá, formará parte de otra nota.

     
Quizá la única diferencia entre los cipayos originales y los actuales es que los primeros tuvieron un acto de dignidad, se rebelaron contra la situación y se negaron a ir en contra de sus propios hermanos. Los actuales cipayos disfrazan su posición de falso interés por el bien común. Ya no disparan con cartuchos engrasados pero siguen provocando daño, y mucho. Solo nos resta esperar que en algún momento se descuelguen con un acto de dignidad. Nunca será tarde.






Buenas Noches. Que lo disfruten con salud.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Informe X: ¿Por qué a todo lo que no conocemos le encajamos una X? ¿Eh?

      
Caída de Granada
      Después de 5 siglos de ocupación y dominación territorial, finalmente el 2 de enero de 1492 en una sencilla pero emotiva ceremonia, el Reino de Castilla recibe las llaves del Palacio de la Alhambra y culmina la ocupación mora de España. Los musulmanes se fueron por donde habían llegado, el estrecho de Gibraltar, un pasillo marino que en su parte más angosta separa a África de Europa por tan solo 14 kilómetros. Así como luego de una mudanza doméstica uno descubre que dejó cosas olvidadas en su anterior morada, los árabes dejaron bastantes marcas que no solo afectaron, y afectan, a España sino también a todo occidente. 

     
Arte árabe en España
      Hoy a más de 500 años de aquel acontecimiento, todavía se siguen sintiendo fuerte. Una de las huellas que mas profunda quedó grabada es el idioma. Por ejemplo, muchísimos nombres de lugares geográficos españoles tienen nombres árabes, debidamente castellanizados hoy por hoy. Andalucía proviene de la expresión Al Andaluz, que es como los árabes llamaban a sus territorios de la península. Guadalajara, que tiene su homónimo en México, también tiene origen árabe. Wadi al Hijarah se llamaba originalmente y significa Río de Piedras en ese idioma. Hasta la misma capital, Madrid proviene del árabe Al Magrit que quiere decir manantial. Y eso por sólo poner unos ejemplos. Nosotros a 10.000 kilómetros de Madrid ( o Al Magrit) seguimos hoy en día utilizando palabras que tienen origen moro. Quien vaya al supermercado y traiga aceitunas, azúcar, zanahorias, albahaca y naranjas no habrá hecho otra cosa que traer productos cuyos nombres tienen origen árabe. Si fuera usted un alcalde que gusta de tocar su guitarra tendido sobre su almohada preferida, también estaría usando tres cosas cuyos nombres derivan del árabe. 

      Los lectores primerizos de Bombilla Tapada no sabrán a donde voy. Los habituales saben que después de un par de párrafos aparentemente inconexos todo se encamina y hacia allí vamos. La palabra árabe adoptada por el castellano que nos incumbe hoy, en principio es álgebra. Y digo en principio puesto que, si bien es importante, no será el punto central de nuestra disquisición.

     
      El álgebra, como ya lo estarán sospechando, tiene también origen árabe. Su nombre original es al yarabi y trata de las estructuras de los cálculos (para ponerlo en términos sencillos). El álgebra da la mecánica de resolución de los problemas de la matemática con independencia de los números que luego, en un caso práctico debemos de insertar en los lugares adecuados. Groseramente, provee los mecanismos para que una cuenta salga sin importar los valores numéricos que vayamos a usar. Es como aprender los principios básicos de la aerodinámica, antes de construir nuestro avión. 


      Las cosas en el álgebra tienen la pinta de: X= a + b. Donde siempre, pero siempre siempre, lo que queremos averiguar se llama X. Pero ¿Por qué siempre la incógnita, lo que queremos averiguar, se llama X? ¿Por que no J, H o S? Y lo que es más ¿Por qué esa X se ha trasladado a cualquier otro ámbito de la vida y el conocimiento aunque no tenga nada que ver con el álgebra?

     
      Los Expedientes Secretos X. Los rayos X. El ingrediente X. Todo aquello cuya identidad no conocemos lleva el misterioso nombre de X. Es hora de que el misterio de devele. Es por acá, vengan por el pasillo.

     




       Obviamente, los primeros manuscritos acerca de el álgebra estaban escritos en árabe. Y por otra parte, la notación matemática, que hoy se nos hace habitual, por lo menos a la vista, no estaba tan desarrollada y globalizada como hoy. Quiero decir, quién hoy ve algo como: 7X + 4b - 9 = log 23, puede que no entienda que quiere decir, pero está seguro de que se trata de algo que tiene que ver con la matemática. Cinco siglos atrás no pasaba eso. Los manuscritos tenían símbolos pero la notación no estaba tan estandarizada como hoy, por lo tanto había mucho desarrollo escrito en reemplazo de lo que hoy sería una fórmula como la de acá arriba.

     
      De modo que las primeras nociones de álgebra que llegaron a la España medieval decían cosas como esta: 5 más algo es igual a 7, lo que hoy se escribiría de modo que un búlgaro, un peruano o un neozelandés lo entendiera del mismo modo como 5 + X = 7. La palabra "algo" se escribe en árabe así: شيء y se pronuncia como algo parecido a "shei". Hoy usamos las palabras británicas que contienen sh (como show, shampoo y demás) reemplazando la sh (inexistente en el castellano) por ese sonido característico. Pero en ese tiempo no había ninguna grafía que pudiera reemplazarla con solvencia. Por lo menos no la había en el castellano. Pero las personas cultas de la época (que eran más bien pocas) a las que les interesaba esta nueva cosa del álgebra, conocían el griego. Y en griego existe la letra Ji, que se pronuncia Yí, que suena parecido a "shei" y que se escribe X. Circulo cerrado.

     
      Algún traductor imaginativo reemplazó el firulete árabe inentendible para nosotros por una X con la esperanza de que leída en griego, sonara árabe. A otro le pareció aceptable y aquí estamos, poniéndole una X a cada cosa que nos resulta una incógnita. 

     





       Y ahora los dejo. Hoy dan la saga completa de los X Men y luego Malcolm X que es una de las mejores películas de caracter político, según una encuesta de la consultora Equis. 

      Que anden bien. Miren a ambos lados al cruzar la calle.

lunes, 28 de octubre de 2013

Ganaron pero perdimos. Perdieron pero ganamos

      Edición especial, fuera de programa con motivo de las elecciones legislativas pasadas.

      El trasplante de la lógica y lenguaje futbolero al ámbito político no solo es un error sino que fuerza razonamientos que terminan cayendo por su propio peso. Cuando las elecciones tienen por objeto la obtención de un solo cargo electivo los resultados son claros. Hay un presidente, un intendente o un gobernador electo y los demás han perdido. Pero el caso de las elecciones legislativas, como la de ayer, presenta un colorido abanico de situaciones donde, desde el más popular al menos votado encuentran motivos para revolear papelitos de colores al son de una música previamente seleccionada.

      Y la mención al ámbito futbolero no es caprichosa. Se confunde, voluntaria y capciosamente, el triunfo en un partido con la obtención del campeonato, el trofeo al goleador, el premio Fair Play y la copa Chamigo al mejor jugador del partido. El objetivo primordial (y el único que la ley establece) es proporcionar un método justo para la constitución de las cámaras legislativas. Cuantos votos representan un diputado y cuantos diputados, por ende, de cada partido formarán la cámara sobre la cual se solicita opinión. Cualquier otra información que se saque de ahí comienza a formar parte de construcciones especulativas que pueden adaptarse a cualquier paladar.

      De hecho, si uno aplica la fórmula para obtener el porcentaje de crecimiento o disminución de caudal electoral a una fuerza que no se hubiese presentado a la elección anterior terminaría dividiendo por cero, obteniendo un grado infinito de crecimiento, aún sacando 7 votos piojosos.

      Por supuesto, si el gobernador o presidente en ejercicio pidiera: Voten por Carlitos, y Carlitos sacara escasos votos podría uno colegir que al presidente o gobernador, los votantes le dan nula pelota. Pero eso no es objeto de la elección.

      En el berenjenal de números que surgen como hongos después de la lluvia a partir de las 18 hs. todo aquello que no sea la conformación de la cámara que es sujeto de comicio es sólo especulación. Pero vamos a los números duros.

      En la Honorable (ponele) Cámara de Diputados hay 257 pupitres a llenar. Ahora bien, para que la sesión tenga validez legal, debe iniciarse con 129 diputados sentaditos en su escaño (así se llama el pupitre). Aquel partido o grupo de partidos que lo logre, se garantiza el inicio de la sesión. A partir del próximo 10 de diciembre el FpV, el partido gobernante, tendrá 132 diputados y por lo tanto se asegura el quorum para sesionar y de rebote la aprobación de aquella iniciativas que requieran mayoría simple para su promulgación. Se supone que su situación, entonces, es medianamente cómoda. La pregunta ahora es: ¿Mejoró o empeoró? Respondan ustedes. El FpV tendrá hasta el 10 de diciembre 127 diputados propios y 132 luego de esa fecha ¿Ustedes que dicen?

      Pero, vamos a meternos en el barro. A pesar de que sostuvimos que no era válido mezclar la hacienda, vamos a ver como se las ingenian ciertos medios para confundir el aserrín con el pan rallado (solo en aquellos aspectos en los que les conviene).

      Cristina Fernández ganó las elecciones presidenciales con el 54% de los votos. Por su parte Mauricio Macri alcanzó, cuando fue elegido Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires un categórico 63% (fue en ballotage contra Filmus). El FpV, a nivel nacional en estas elecciones obtuvo un 33%. Es decir un 38% menos que en la elección presidencial. El PRO, partido de Macri, sacó en las elecciones de ayer sólo en Capital 34% para diputados. Esto es un 46% menos que en la última elección ejecutiva. Sin embargo los medios proponen que la baja (notoria) del FpV es un fracaso mientras que el descenso (categórico) del PRO en su distrito madre lo pone en carrera para la presidencial de 2015. Y estoy siendo generoso, puesto que si se toma el porcentaje del PRO a nivel nacional (9%) los números son todavía más demoledores. (A pesar de esta clase de "éxitos" el PRO es incapaz de armar una fuerza nacional, aún hay distritos, provincias enteras en las que no presenta candidatos, pero no es problema mio).

      Surge entonces la imagen de Sergio Massa como gran ganador. En ausencia de números anteriores contra los cuales comparar lo suyo es solo ganancia. Metió 18 o 19 diputados y está muy bien. Solo les pido que recuerden que en la elección de 2009, lo que hoy se llama Massa se llamó De Narvaez. Ayer ni figuró con un triste 5% más o menos. La única opción que la oposición tiene es formar consenso entre ellos de modo de poder oponer alguna fuerza en contra del FpV si aspira a algo más digno que un cómodo segundo puesto en 2015. El problema es la lucha de egos gigantescos que tienen tanto Macri, como Massa, por no hablar de Carrió. Ideológicamente no hay demasiado problema, ninguno de ellos tiene una ideología por defender.

      Tres diputados de la izquierda son una buena noticia. Si no se pelean entre ellos pueden tener la llave para destrabar votaciones que requieran mayoría calificada (2/3 del cuerpo) y si saben negociar podemos salir todos ganando.

      Esta vez, para escribir rapidito, evite poner fotos y gráficos. Mitad para no distraer la atención del texto, mitad para perder menos tiempo. Solo me voy a permitir poner la imagen del nuevo diputado por la Capital Federal Sergio Bergman

Creo que me equivoqué. Perdón, debe ser por la hora...

     


domingo, 27 de octubre de 2013

Cuidado a quien le dicen Trolo. La muerte de Filipo II de Macedonia por culpa de la homofobia

     
Vivimos en una de las épocas más "gay friendly" de toda la historia de la Humanidad. Mirando hacia atrás podemos ver el escarnio y la burla a los homosexuales durante buena parte del siglo XX. La cárcel durante el siglo XIX (Oscar Wilde, sin ir más lejos). Durante la Edad Media las cosas no eran mejores. La sola acusación de sodomía (no se llamaba homosexualidad) podía terminar con la castración de los acusados. Sin embargo, si seguimos dándole vuelta hacia atrás a las agujas del reloj y llegamos a la Roma y Grecia clásicas, nos encontraremos con que las parejas masculinas de amantes eran bastante comunes y no estaban mal vistas. Era común que los hombres encumbrados tuvieran un mancebo al que protegían y enseñaban a cambio de favores sexuales (Ustedes me entienden). Sin embargo tenía mucha mejor prensa la homosexualidad activa que la pasiva. Aún en una sociedad abierta a esa clase de temas, la certeza o la sospecha de que uno de los dos se hacía "limar el buje" por el otro levantaba habladurías y sonrisas cómplices.

      Tan tolerada y aceptada estaba esta clase de comportamientos que el ejército griego tuvo un cuerpo de élite llamado el Batallón Sagrado de Tebas compuesto por 300 guerreros duramente entrenados de entre los más valientes de toda la tropa. En realidad estos 300 guerreros no eran otra cosa que 150 parejas homosexuales de amantes.

   
      El tema que vamos a tocar hoy (o cuando lo lean) tiene que ver con los acontecimientos que han llevado al trono a uno de los personajes más famosos de la Historia en donde, según algunos autores (mi fuente es el libro de Roger Caratini), la homosexualidad, la burla a un supuesto soldado "pasivo" y cierto método de venganza usual para lavar afrentas de este estilo tuvieron mucho que ver. Eso si, tenemos que viajar unos cuantos años al pasado (unos 2.300) y unos cuantos miles de kilómetros (hasta el norte de Grecia, en lo que se llamaba Macedonia en ese tiempo).



     
Dicen que así era Filipo
      Macedonia era un reino independiente gobernado en el tiempo del que vamos a hablar por Filipo, que a consecuencia de esto fue conocido como Filipo II de Macedonia. El tipo hizo dos cosas realmente notables. La primera: crear la maquinaria de guerra más eficiente de la época. No había en el mundo conocido un ejército más disciplinado, ordenado y letal que el macedonio. Y la segunda: tener un hijo al que le puso Alejandro, conocido como Alejandro III o Alejandro de Macedonia o mejor aún Alejandro Magno. La cuestión es que Filipo estaba casado con una tal Olimpia, madre de Alejandro. Ya tenía más de 40 años, le faltaba un ojo (perdido en batalla) tenía una clavícula rota y mal soldada y otras múltiples heridas de guerra. Un día, un general suyo llamado Atalo le presentó a su sobrina Cleopatra (no la egipcia, otra) y el viejo rey se enamoró al instante de modo que le propuso matrimonio o algo así. No era costumbre macedonia la poligamia pero sí se estilaba que tanto en Macedonia como en Persia (el imperio de al lado) los dirigentes tuvieran una esposa y múltiples concubinas. Pero Cleopatra (que adoptó el nombre heleno de Eurídice) no quería ser una mas del harem, pretendía ser la esposa legítima de Filipo. Al conocer la noticia de la boda, Olimpia puso el grito en el cielo. No sólo la rajaban de la corte sino que, como era muy probable, el viejo rey enamorado dejaría embarazada a la nueva esposa y chau reinado de Alejandro Magno. De hecho, durante un banquete en el que estaban casi todos bastante entonados por el vino, Atalo sugirió un brindis por la nueva pareja pidiéndole a los dioses que los proveyeran de un nuevo sucesor al trono nacido de ambos. Alejandro se enojó y las cosas casi llegan al derramamiento de sangre. Al otro día, Alejandro y Olimpia hicieron las valijas y se mudaron a Iliria, que quedaba a unos kilómetros de la capital macedonia llamada Pella.

   
Cabeza de Atalo
      Pasada la mamúa, Filipo recapacitó y viajó con un séquito modesto a Iliria para convencer a Olimpia y Alejandro de que volvieran. Le fue bastante bien. Convenció a Olimpia de que no perdería por nada el título de reina y a Alejandro de que su primogenitura estaba asegurada, es decir, a la muerte de Filipo sería el el heredero y no el eventual hijo que pudiera tener con Cleopatra/Eurídice. Cuando volvía, su caravana fue atacada por unos rebeldes que quisieron aprovechar que el rey no estaba con su ejército completo. A Filipo lo voltearon del caballo y lo hirieron malamente en uno de sus muslos. No pudiendo moverse Filipo hubiese sido presa fácil del enemigo a no ser que un soldado, de nombre Pausanias, se hubiese interpuesto entre el cuerpo del rey y las armas enemigas. Todo el ataque destinado a Filipo terminó en el cuerpo de Pausanias quien muy mal herido fue retirado del campo de batalla. Filipo se repuso de la herida pero le dejó una renguera permanente que conservó hasta su muerte (de todos modos no faltaba mucho, aunque el rey no lo sabía). Pausanias quedó a la espera de la parca en un hospital de campaña. Atalo, el general, lo fue a visitar y le preguntó que lo había llevado a semejante acto de arrojo en favor de la vida del rey. Pausanias en su lecho de muerte le confesó que su acto de valentía se debió a que en Pellas, un homónimo de él, es decir otro tipo llamado Pausanias, los hostigaba diciendo que su pertenencia al ejército macedonio sólo era explicable por el hecho de que el moribundo era un homosexual pasivo favorito de algún general o hasta quizá del mismo Filipo. El ahora casi muerto Pausanias supuso que un acto máximo de virilidad sería ofrecer su propia vida a cambio de la del rey como demostración de su hombría. Esta confesión conmovió, dicen, hasta las lágrimas a Atalo, quien le juró a Pausanias que vengaría las injurias que habían vertido sobre él. Acto seguido, Pausanias procedió a morirse tranquilo.

   

Lo que queda de Pellas
De vuelta a Pellas, Atalo buscó, encontró e invito al tocayo del soldado muerto a un banquete. Se llamaba Pausanias de Orestis. Corrió adrede, bastante vino y a los postres, Pausanias no sabía ni como se llamaba. Según una costumbre macedonia, una efectiva forma de vengar semejantes afrentas como la sufrida por el muerto, era hacer sentir en carne propia (nunca mejor dicho) los rigores de la homosexualidad pasiva. Atalo entregó en cuerpo inundado de alcohol de Pausanias a un buen número de soldados macedonios que le midieron el aceite hasta el alba. Despertarse y notar que algo raro pasaba a su retaguardia fue todo uno para Pausanias que loco de furia, también juró venganza. Tuvo, dicen, la oportunidad de hablarlo con el mismísimo Filipo, dado que Pausanias era miembro de la guardia personal del rey. Si Filipo hubiera tomado realmente cartas en el asunto, hubiese tenido que sancionar a Atalo, tío de su futura esposa y arriesgar su matrimonio próximo, por lo que trató de calmar la furia de Pausanias con un ascenso y ya.

      Pausanias de Orestis no lo consideró suficiente y ahora, además de furia contra Atalo, sumaba su bronca contra Filipo.

   
      La boda de Filipo con Cleopatra/Eurídice fue en el 337 antes de Cristo. Había muchísimos invitados y, ademas del casamiento, se llevaban a cabo juegos gimnásticos, obras de teatro, procesiones con las estatuas de los dioses griegos (incluida una del mismo Filipo) y grandes banquetes. Filipo II de Macedonia avanzaba con sus vestimentas completamente blancas, rengueando, junto con su nueva esposa, saludado por el pueblo de la ciudad de Egas en cuyo estadio se celebraría una obra de teatro en honor de los contrayentes. Mientras ingresaba por una de las puertas flanqueado por su guardia personal, se desprendió de entre ellos Pausanias y lo acuchilló eficientemente. Filipo murió allí mismo. Pausanias tenía dispuesto un caballo a las afueras de Egas a fin de darse a la fuga pero nunca llegó a montarlo. Fue ajusticiado por tres miembros de la guardia real.

   
Alejandro
      Como consecuencia de este enredo de túnicas (por no decir enredo de polleras) asume como rey de Macedonia Alejandro III, posteriormente conocido como Alejandro Magno, cuyo nombre más adelante y hasta nuestros días será sinónimo de genio militar. Con sólo 20 años hereda el trono Macedonio y desde allí conquista todo el Imperio Persa y llega a fundar ciudades (invariablemente llamadas Alejandría) en el actual territorio de la India. Pero eso será quizá motivo de otra nota, en otro momento.

       En consecuencia, habrá que ser más prudente con los calificativos. En la cancha cuando se tilda de gay a la hinchada contraria. Con los amigos cuando uno acusa a otro de homosexual por no animarse a algo. Por norma general habría que dejar de usar esos apelativos a modo de insultos. En principio por respeto al otro y para no ser tildados de homofóbicos. Y por otra parte para que no le pase a uno lo mismo que a Pausanias de Orestis y al mismísimo Filipo de Macedonia.

Que la pasen lindo. Si manejan, no beban.